martes, 11 de julio de 2017

Australian Blonde, breves pero intensos



 


Crítica del concierto de Australian Blonde en el Festival Metrópoli. Viernes 7 de julio.
En cada ciudad hay grupos de música que nacen y en poco tiempo se evaporan sin dejar rastro, simplemente porque algo no cuajó. Otras son recordadas por los nostálgicos más afines a su estilo en las tertulias de tapas y cañas. Sin embargo, si hablamos de Gijón, hay bandas que dejan una huella que perdura en el tiempo: es el caso de Los Locos, Crack o Felpeyu, entre otras que también fueron importantes y que me disculpen por no mencionarlas. Pero hay una banda que destaca sobremanera cuando pensamos en conceptos tan difíciles de definir como el “Xixón Sound”. Australian Blonde es probablemente el primer grupo que  somos capaces de citar cuando nos referimos a este concepto que no se sabe por qué, pero fue capaz de poner a Gijón en el mapa de grandes eventos artísticos y culturales. En los noventa colapsaron la escena del indie rock con su gran éxito “Chup chup chup”, que formó parte de la banda sonora de la película “Historias del Kronen” y que marcó a toda una generación.

Australian Blonde llegaron a Metrópoli  y calentaron motores con “Control”, un tema de su disco “Canción de amor y gratitud” y cuando sonó el homónimo de su último álbum “You kill me”, las piezas que forman el engranaje estaban cada una en su sitio y rodando perfectamente.  La guitarra y la voz de Fran Fernández - Francisco Nixon en otras formaciones- ganaba cuerpo, la púa golpeaba el bajo de Pablo Errea con contundencia y la batería de Paco Martínez marcaba los pulsos y las corcheas con precisión. El protagonismo recayó en Paco Loco, una de las figuras imprescindibles de Australian Blonde, por sus producciones desde “Pizza Pop” y por su forma de esgrimir solos de guitarra, tan peculiares y diferentes.  Después de “Cool Dive” es Pablo Errea el que coge el mando y entona “When I look back”, un tema con una progresión armónica distinta a la línea habitual. Con “Cosmic”, del disco “Aftershave”, vuelve a destacar la guitarra sobresaturada de Paco Loco, al igual que en “Black”, con sonido más agresivo y rítmico.  “Carnaval” fue probablemente la más ensayada: más empaste entre todos y unos riffs contundentes que dieron paso a un solo de guitarra largo y cargado de sonoridad. Después de “Seaside” llegó el anuncio de la despedida y el público se negaba a aceptar tanta brevedad. Faltaba el gran éxito “Chup chup chup”, que todos los presentes cantaron y aplaudieron con entusiasmo. Otro regalito fue  “I want you” que sonó  rotunda, con cortes y cambios bastante interesantes, rematada por un solo de Paco en su línea.
Para terminar contaron con Tito Valdés, bajista de la formación original que cantó “Lay it on the line” con un timbre vocal muy destacable.  Conscientes del esfuerzo que requiere juntar a todos los miembros de la banda para momentos tan especiales como este concierto, el público les brindó una intensa ovación, deseando que esto se vuelva a repetir a la mayor brevedad posible.

Crítica de Mar Norlander para La Nueva España 

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