Nikki Hill. Sala
Albéniz. Sábado 11 de noviembre.
Soul, rock sureño,
blues y Rock and Roll son los estilos en los que se mueve la voz y el ritmo de
Nikki Hill. Estilos de música en los que cuesta destacar porque están muy
explotados y es difícil aportar algo nuevo.
Pues la voz negra de Nikki Hill destaca y lo hace como pocos, con tan
solo dos discos en el mercado. Procedente de Carolina del Norte, parece que le
ha cogido el gusto a pisar escenarios españoles, y si el año pasado causó
impacto entre el público presente en el concierto de Avilés, esta vez en la
sala Albéniz de Gijón dio un paso más y sorprendió a muchos que no habían
tenido ocasión de verla en directo.
Hora y media de
concierto en el que la intensidad iba in crescendo, conectando con una sala
abarrotada hasta los topes con ganas de cantar, bailar y pasárselo bien. Temas
de su último disco “Heavy heart hard Fists”, una selección de versiones de gran
peso y algún tema de su primer álbum conformaron el repertorio de la noche,
acompañada por dos guitarras, bajo y batería. La tónica más destacada fue el
duelo de guitarras al incorporar una guitarrista que competía en inferioridad
de condiciones con Matt Hill, marido de la cantante y fundador de la banda.
Inferioridad en cuanto a volumen porque en calidad de ejecución se andan a la
par. Los dos son muy buenos pero el jefe es el jefe.
En cuanto a Nikki, posee
una seductora voz bien afinada, con toques góspel y con una forma de emitir que
nos recuerda ligeramente a Tina Turner en sus comienzos. Pero Hill se dosifica y calienta motores poco a
poco, de hecho en la primera parte del concierto estuvo bien –en su línea- pero
sin más. La segunda mitad se entregó más a fondo destacando en las canciones de
tempo rápido como “Let Me Tell You Bout”. Ya en los últimos temas del concierto
consiguió atrapar a la multitud,
interactuando con el público y consiguiendo que la sala en pleno
respondiera a sus coros, rajando la voz a tope y desprendiendo energía a
raudales.
Para
terminar un bis, con la voz vibrando a fuego y el efectista solo de guitarra –colocada detrás de la cabeza con
mucho postureo- de Matt Hill en “Twistin’ the night away “, de su segundo álbum,
logrando que alguna prenda interior volara desde las primeras filas hasta
aterrizar en la cabeza del guitarrista. En definitiva, un buen concierto con un
público entregado al máximo a una banda bien empastada, que calienta motores
hasta llegar a transmitir buenas vibraciones y mucha energía a ritmo de rock. Nikki Hill gana solidez y se
convierte poco a poco en la nueva voz negra del rock.
Mar Norlander -
Musicóloga