"Soul, bulería y más". Teatro Jovellanos,
viernes 24 de marzo
Pitingo tiene las ideas muy claras sobre lo que quiere transmitir con su
arte y sabe convencer a pocos metros de distancia. Así fue en el Teatro
Jovellanos de Gijón ante una butaca llena que le recibió con los brazos
abiertos. Su manera de fusionar el soul y el góspel con el flamenco de más
arraigo, a priori resulta chocante y a mí nunca me había convencido. Sin
embargo, ahora he cambiado de opinión.
Para empezar una puesta en escena impecable: sobria, sin colorido ni
brillos artificiosos, luces tenues y el foco del cañón que ilumina la parte a
destacar. El summum de la elegancia. En cuanto al sonido nada que
resaltar, excepto si es para alabar a los técnicos de sonido.
La voz de Pitingo estaba arropada por tres coristas del más puro
estilo góspel, capitaneados por el espectacular cantante Dani Rius que tuvo su
momento para lucirse solo y demostrar que es uno de los más grandes (del
gospel) que ruedan por estas esferas. Como únicos instrumentistas el
percusionista Carlos Merino y Jesús Núñez a la guitarra. Con tan poca
instrumentación es difícil imaginar cómo se pueden sortear temas tan
conocidos como “A puro dolor”, “I Just
Called to Say I Love You” o “I will survive”, pero así fue y el resultado es
sobresaliente. Jesús Núñez y Carlos
Merino son dos grandes músicos que dominan el flamenco y saben extraer la
esencia del soul y del góspel. Para Pitingo no hay tanta diferencia entre estos
estilos y, aunque se podría matizar e incluso discrepar, tiene razón en
que los dos estilos (flamenco y góspel) surgen de la pobreza y de la necesidad
de expresar el arte a través de los cantes.
Abrió con el martinete “Las 12 acaban de dar” a capella y estremeció a los aficionados al flamenco. Siguió con el
clásico de gospel “His Eye is on the Sparrow” y cumplió gracias al coro.
Este tema tiene el listón muy alto y no es fácil sobrepasar. Volvió al flamenco
con “Compromiso”, con la guitarra y el cajón y así fue la tónica durante
dos horas de concierto: alternando el flamenco y el soul. De ahí el título de
su espectáculo “Soul, Bulería y más”. Sorprendió su versión del “Cucurrucucú
paloma”, llena de matices y fraseos contenidos. “Tú la haces maravillosa” le
gritó una espectadora y tiene razón, es una gran versión. Para mí, sin duda, la
mejor de todo el concierto.
Con varios temas hizo al público
partícipe del espectáculo, cantando “Guantanamera”, “Kimbara” o “Killing me
Softly” y cerrando a ritmo de bulerías, sin micrófono a modo de tablao
flamenco, momento para que un buen número de espectadores se arrancara a
palmear y bailar en sus butacas. El público despidió a Pitingo por todo
lo alto después de haber disfrutado de una velada de flamenco y de soul todo en
uno. Y es que para entender el arte de Pitingo hay que disfrutarlo en las
distancias cortas. Así podemos ver que es un gran artista.
Crítica de Mar Norlander para La Nueva España
Crítica de Mar Norlander para La Nueva España