martes, 2 de enero de 2018

South Carolina Gospel Chorale: arrasa el góspel más comercial



 Resultado de imagen de south carolina gospel chorale
“South Carolina Gospel Chorale”. Festival de Góspel de Gijón. Teatro Jovellanos, 17 de diciembre.

El Festival de Góspel concluyó por todo lo alto con una formación ya conocida por los asiduos al teatro Jovellanos, la “South Carolina Gospel Chorale”. Sin duda la mejor velada de esta edición.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero son necesarias si se quiere buscar la perfección. Y puestos a comparar podemos decir que  el inicio del festival, a cargo del “Harlem Gospel Choir”, fue brillante en voces y en repertorio pero acusó cierto vacío en el acompañamiento. En la segunda velada nos trasladamos a la música de Nueva Orleans con “ Nola Gospel Project” y pudimos disfrutar de una buena base rítmica con muy buenos músicos y una actuación estelar a cargo de la cantante Charmaine Neville, sin embargo el coro estaba más flojo: algunas voces, demasiado envejecidas, con un vibrato muy acusado y un repertorio excesivamente corto y muy estirado a base de interacciones con el público.  En cuanto a la actuación de “South Carolina Gospel Choir”, no podemos achacar ninguno de los detalles anteriores. Un quinteto instrumental de altísimo nivel -destacando el guitarrista-, acompañaron  a un coro de ocho voces lideradas por el cantante y organista Michael Brown, con una voz espectacular llena de matices, amplia tesitura y afinación perfecta. El resto de las voces corales también destacaban en solitario, cada una en su tesitura y color.

El transcurso del concierto fue ágil y dinámico, con grandes canciones clásicas como “Amazing Grace”, “Oh, happy day” o “Joyful, joyful”, entre otras, interpretadas todas con gran calidad y buenos arreglos. La locura total llegó primero con una cantante que le puso muchas ganas echando el hígado por la boca (como se suele decir) cantando entre el público “Meet me in the city” y después con “Kumbaya”, interpretada por otro miembro del coro, con toda la butaca iluminada con las luces de los móviles. Hubo hueco para  clásicos navideños y para el soul y el pop más comercial, recordando fragmentos de grandes temas como “Respect” de Aretha Franklin o “Soul Man” de los Blues Brothers, entre otros. La interpretación de “We are the world” fue merecidamente ovacionada y aún más, si cabe, el homenaje a Whitney Houston, con “Guardaespaldas” incluido. Excepcional.   

Los más puristas del góspel no están de acuerdo con la incorporación al repertorio de canciones de éxito de la música pop y soul, sin embargo es un fiel reflejo de lo que está ocurriendo en las iglesias americanas  en los últimos años.  El objetivo es buscar la comercialidad para llega a un público más mayoritario, cambiando algunas letras para adaptarlas al mensaje que se quiere transmitir. ¿Y por qué no? “South Carolina Gospel Chorale” es una formación moderna con un altísimo nivel técnico que sabe transmitir y llegar, tanto al espectador más exigente como al público aficionado al góspel, por lo tanto su repertorio es muy válido.  Un gran concierto que fue agradecido con una gran ovación por el aforo al completo del teatro Jovellanos. 
Crítica de Mar Norlander para La Nueva España

El espíritu de Nueva Orleans invade el Jovellanos



 Resultado de imagen de nola gospel project
“Nola Gospel Project” y Charmaine Neville. Festival de Góspel de Gijón. Teatro Jovellanos, sábado, 16 de diciembre.

La protagonista de la segunda velada del Festival de Góspel era la ciudad de Nueva Orleans, cuna del jazz, Rythm & Blues y Rock & Roll. La propuesta viene del coro “Nola Gospel Project”,  formado por ocho veteranas voces y siete músicos, en un concierto que lleva por título “Érase una vez Nueva Orleans”.  Para la ocasión contaron con la participación estelar de la cantante de Nueva Orleans Charmaine Neville, toda una institución en su país e hija de uno de los componentes de la famosa banda de funk-soul,  “The Neville Brothers”.   Todos juntos  se encargaron de ofrecer buena música y espectáculo divertido a un aforo completo del teatro Jovellanos.

 Quizás, para el público que pretendía escuchar grandes voces negras, de los tres conciertos que ofrece el Festival de Góspel en esta edición, no era la noche más adecuada:  con los años algunas  voces acusan un marcado vibrato que no siempre encaja con el resto del coro.  Sin embargo, los que buscaban diversión, música de Nueva Orleans y una aproximación -aunque sea sucedánea-, al espiritual eclesiástico y a la participación en el ritual musical del góspel, sin duda, quedaron satisfechos. El concierto tuvo dos partes bien diferenciadas: por un lado la actuación del coro que cantaron poco más de media docena de clásicos del góspel, -eso sí, muy estirados gracias a la interacción y la participación del público.-, acompañados por buenos músicos que tuvieron oportunidad para lucirse en solitario. Por otro lado la particular y genial actuación de Charmaine Neville.

Después de cuatro temas clásicos al más puro estilo góspel -con pequeña homilía incluida por parte del cantante más veterano-, hizo su aparición en el escenario Charmaine Neville, para darle ese toque de lujuria a la velada y poner patas arriba al Jovellanos. Acompañada por la banda del coro de góspel y el pianista Amasa Miller, empezó su actuación a ritmo de montuno y siguió con un rock and roll de lo más animado. La interpretación de “What a wonderfull world” nos dejó con la boca abierta.  Su imitación de la voz rajada de Louis Armstrong fue buenísima, de hecho, si cerrábamos los ojos parecía que el propio Armstrong estaba en el escenario. Un privilegio para el público del Jovellanos contar con esta gran artista que finalizó su actuación con un clásico navideño.

Volvió el coro para cerrar la velada con “Oh, happy day”, el himno imprescindible en todos los conciertos de góspel. El público estaba encantado y no quería que se terminara. Con pataleos incluidos empezó a reclamar más y llegó el clásico “When the Saints Go Marching In”, en versión Mardi Gras (aunque era sábado), con bailes, metales,  acordeón  y todo el público coreando a pleno pulmón. Una versión colorida y divertida del tema más conocido del público español.  En definitiva,  “Nola Gospel Project” y Charmaine Neville, durante hora y media consiguieron impregnar al público gijonés del espíritu de Nueva Orleans y convertir la noche del sábado en una experiencia distinta.

Crítica de Mar Norlander para La Nueva España

Harlem Gospel Choir: Lo más grande del góspel abre el Festival



 Resultado de imagen de harlem gospel choir
“Harlem Góspel Choir”. Festival de Góspel de Gijón. Teatro Jovellanos, 15 de diciembre.

Arrancó el Festival de Góspel una edición más y esta vez con uno de los coros de más fama internacional, en los últimos años por haber actuado para grandes personalidades como Obama, Nelson Mandela, Paul McCartney, el Papa Juan Pablo II y otros. El “Harlem Gospel Choir” de Nueva York,  un coro formado por voces jóvenes que triunfa por su calidad vocal y también por sus tributos a grandes artistas como Prince, Michael Jackson, Stevie Wonder, Adele y en esta ocasión a Beyoncé. Con la elección de un repertorio de lo más comercial entre los clásicos espirituales y nueve voces negras capaces de derrochar sensibilidad y potencia al máximo, el éxito estaba asegurado.

Después de tres temas clásicos donde pudimos apreciar buenas dotes vocales, llegó una gran interpretación de la animada “Chasing after you” por parte de uno de los miembros del coro. Fue el inicio de la interacción constante con el público y no pararía hasta el final del concierto. Varias personas escogidas al azar fueron subiendo al escenario para corear frases de respuesta a las llamadas de los cantantes, que subieron su nivel vocal cuando alguno de los escogidos entre el público demostraba tener cierta solvencia con la voz.

Después de una buena exhibición de simpatía por parte de varios componentes del coro llegó el momento del tributo a Beyoncé. Comenzaron con “Listen” un tema muy difícil, con el que pasó algún apuro en el fraseo más complicado la corista del “Harlem Gospel Choir”. Otro tanto le ocurrió  a otra de las cantantes con “Irreplaceable”, que fue solventado por la buena calidad de los coros. Pero eso también le pasa a la mismísima Beyoncé: en directo no es lo mismo que en el estudio. Para la interpretación de “Halo” fueron alternando distintas voces del coro en cada frase, dando un colorido muy bonito al tema. Espectacular fue la versión de “Sweet Dreams” por parte de la solista, llevándose una estruendosa ovación y poniendo el broche final al bloque “Beyoncé”.
Era el turno para algunos clásicos navideños en formato popurrí, muy apropiados para las fechas. No podía faltar el famoso “Oh happy day”, que todos los coros llevan en su repertorio y sorprendió la versión de “Celebration” de Kool & the Gang”, con buenos arreglos y una buena distribución del coro.
  
Se echó en falta un poco más de instrumentación. Un batería preciso y con buen sonido y un teclista que se encargaba del resto de los timbres, es poco para arropar a las grandes voces que forman “Harlem Gospel Choir”.  Al menos un bajo hubiera sido necesario para liberar al teclista y poder ofrecer mejores arreglos instrumentales: para rellenar el vacío que queda con sólo dos instrumentistas, el teclista doblaba los sonidos del piano con colchones  y pads de cuerdas.  El resultado fue un poco cansino en cuanto a timbres. Creo que un coro de estas características y este nivel, bien se puede permitir algún músico más en el escenario.

Por lo demás, un concierto fantástico por parte de un coro que sabe cantar y se ha ganado la fama por calidad y por simpatía.  El aforo a rebosar del Jovellanos agradeció la velada con una ovación muy sonada. Un gran comienzo de edición para un festival que ya es un clásico en la ciudad. 
Crítica de Mar Norlander para La Nueva España