Coro Joven de Gijón, director musical: Santi Novoa. Teatro Jovellanos, sábado, 9 de enero, 2021.
Si corren tiempos difíciles para la música aún más para los coros, comenzando por la imposibilidad de ensayar como es debido -es casi imposible que se junten todos a la vez-, y siguiendo por tener que cantar con una mascarilla tapando el instrumento emisor. Es como ponerle un trapo a la boca de un saxofón o como si un bailarín tuviera que moverse con unas pesadas botas. Harto difícil. Pero la pandemia ha traído alguna cosa positiva y es que ante la imposibilidad de ofrecer espectáculos foráneos hay que acudir a los artistas que tenemos en casa. Y aquí hay talento. Este es el caso del “Coro Joven de Gijón” que después de algún aplazamiento tuvo la ocasión, por fin, de presentar su nuevo repertorio en el teatro Jovellanos. Vale que jugaban en casa y que la mayor parte del público (rozaron el lleno) era afín a algún componente del escenario pero todos ellos juntos ofrecieron un espectáculo muy digno, a pesar de la falta de ensayo y a pesar de las mascarillas. Y dejaron claro que con más oportunidades pueden brillar al mismo nivel que los mejores coros del género que proliferan en Barcelona o Madrid.
A ritmo de Queen y su emblemático “We Will Rock You”, salieron al escenario en compañía de músicos reconocidos de la escena asturiana: Pablo Herrero (piano), Julio Gilsanz (guitarra), Juan Flores (saxo y flautas), David Casillas (bajo) y José Ramos (batería). Y para ensamblar todo el cotarro estaba Santi Novoa, un director atípico que combina su faceta de dirección coral con la de teclista en la banda “Warcry”. Su entusiasmo y sus formas, alejadas de todo estereotipo canónico, conquistaron a la audiencia.
Después del pupurri en el que se mezclaron breves fragmentos de musicales archiconocidos como “El Fantasma de la Ópera”, “No llores por mi Argentina”, “Jesus Christ Superstar” o “Memory” -todos estos relacionados con Andrew Lloyd Weber-, sacaron su vena más cañera con “Believer” de Imagine Dragons, aunque en una versión más light que en el videoclip promocional.
Tan solo pudieron ensayar juntos dos veces desde que empezó la pandemia, nos recordaba Santi Novoa, y esa falta de ensayos se notó en temas como “Recuérdame”, la banda sonora de “Coco” o también en “Shallow”, la balada que emparejó a Lady Gaga con Bradley Cooper. También se notó la falta de ensayo en los dos temas con intervenciones solistas, pero entre los nervios, la mascarilla, el manejo del micrófono y con un equipo de sonido ajeno es más que complicado que todo salga perfecto.
El concierto fue de menos a más y los últimos temas salieron redondos, salvo peccata minuta. Fantástico arreglo y estupenda interpretación de “Skyfall” el tema de Adele que fue banda sonora de la vigésimo no sé cuántas películas de James Bond. También estuvieron muy acertados con Michael Jackson y su tema “Heal the World”, sin olvidarme de destacar el “Mamma mía” de Abba que desató las ganas de levantarse de las butacas y ponernos todos a bailar. Fuimos responsables y no lo hicimos.
Para el bis que reclamó la audiencia fervorosamente dejaron “It's Raining again” de Supertramp. ¡Cómo se notó que lo tienen más que ensayado! Así da gusto y con la buenísima intervención de Juan Flores al saxo, aún más. El “Coro Joven de Gijón” demostró que necesita más oportunidades para tocar una y otra vez y así acabar de ensamblar esos pequeños detalles. Por lo demás, un coro con buen ambiente, muchas ganas y talento. Hay buena cantera en Gijón y queremos volver a escucharles pronto y sin mascarilla.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España