Dani Fernández, Festival Metrópoli City. Plaza de Toros de El Bibio, Gijón, 6 de agosto.
Dani Fernández saboreó con creces los aplausos y el éxito al formar parte del grupo vocal Auryn, que causó furor entre el público adolescente durante poco más de un lustro. Tras la disolución de Auryn en 2016, Dani inicia su carrera en solitario y una gira para presentar su disco “Incendios”, interrumpida tras el confinamiento. Retoma la gira en Gijón en versión reducida y lo da todo en el escenario, sin embargo, de momento tiene poco que contar.
Es difícil que un concierto suene mal en la plaza de toros “El Bibio” pero siempre hay excepciones y Dani Fernández es una de ellas. “En Llamas” inició el espectáculo del cantante, junto con un teclista y un guitarrista que tenía dificultades para estabilizar la afinación en los pocos solos que hizo. El sonido sucio, el volumen alto y la ecualización con excesivo realce de medios, consiguiendo una voz estridente. Las canciones del disco sonaban una tras otra y aquello no mejoraba por ningún lado. En mi opinión la planificación de la gira en su nuevo formato no está bien diseñada ya que no han sabido adaptar los arreglos a esta versión reducida de guitarras (a veces steel guitar), y teclados con múltiples programaciones. Las cajas de ritmos suenan machaconas y los bajos sin definición. Buscan esa sensación de relleno de capas sonoras que ofrece una banda al completo y para conseguirlo suben el volumen más de lo necesario y aporrean los instrumentos. El resultado deja mucho que desear. Desde el punto de vista musical un artista que todavía no puede volar alto se arropa de una buena banda y da el pego, pero en un formato reducido las carencias cantan.
Aún así, el público feliz y las fans con la emoción a flor de piel no dejaban de cantar “Perdido en Madrid”, la famosa “Te esperaré toda la vida” o “Bailemos”, todo un himno cargado de positivismo que desató las ganas de levantarse de las sillas y ponerse a dar brincos. Dani Fernández, muy activo en las redes sociales y con muchos apoyos de artistas como Andrés Suárez, Marwan o Funanbulista, entre otros, logra aforos multitudinarios entre las adolescentes. Musicalmente está claro que todavía hay mucho que pulir, sus letras no dejan de ser simples y muy oídas, sus melodías no dicen nada nuevo y en cuanto a los arreglos ya lo he mencionado. Sin embargo, sabe conectar con su público. Esto no quiere decir que la multitud de fans que le siguen no tengan buen criterio o estén dotadas de oídos sordos, más bien utilizan otros parámetros que van más allá de lo estrictamente musical y Dani Fernández sabe conquistarlos. Si hay evolución o se queda por el camino, como tantos otros, lo veremos. Es cuestión de tiempo.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España