Grand River y Robert Henke. L.E.V. Festival. Teatro de la Laboral, viernes, 28 de abril de 2023.
No hay nada como saber venderse bien. Y eso es lo que hizo la compositora y diseñadora de sonido Aimée Portioli, que actúa con el apodo “Grand River”. Ella sola en el escenario, parapetada detrás de múltiples aparatos, se encargó de abrir el primer concierto del LEV Festival en el Teatro de la Laboral. Personalmente no recuerdo ninguna oferta del LEV tan soporífera. Y ya van ediciones.
Vende su tercer trabajo “All Above”, como ”el más ambicioso y diverso” y lo define como “música electrónica experimental de gran riqueza emocional, atmosférica y rítmicamente compleja”. Pues bien. Yo creo que no tiene ninguna complejidad rítmica y mucho menos riqueza emocional, pues la única emoción que provocó fue el aburrimiento. Desconozco sus trabajos anteriores, pero si bombardear los oídos una y otra vez con una mínima gama de sonidos, jugando con poco más que los volúmenes, es ambicioso y diverso será que no manejamos el mismo diccionario. Y es que de momento no me da por tomar drogas para poder “disfrutar” de algo tan oscuro y monótono. En un espectáculo de más de una hora pueden salvarse los últimos minutos porque recuerda ligeramente a la banda sonora de “Interstellar” de Hans Zimmer. El resto nada, ni siquiera la parte visual estuvo entretenida. Aún así, el público del LEV, que son gente muy educada, aplaudió, aunque con discreción.
La ovación sincera se la llevó el alemán Robert Henke, con su performance en la que visualizamos y escuchamos la creación musical a través de un despliegue de cinco ordenadores Commodore CBM 8032, rescatados de los años 80’. Toda una lección didáctica en la que se pudo apreciar la complejidad de la programación y, porqué no, la belleza de lo vintage. Ese es el espíritu del LEV.