Concierto de Rodrigo Cuevas durante la Semana Grande de Gijón, escenario de Poniente, sábado 13 de agosto de 20022.
Rodrigo Cuevas es un artista como la copa de un pino y cualquiera que haya tenido ocasión de verlo en alguno de sus conciertos lo sabe. Claro que la explanada de Poniente es muy grande y al ser un concierto gratuito supongo que muchos de los presentes no sabían muy bien qué es lo que se iban a encontrar en cuanto a repertorio, sin embargo, lo que sí sabían es que no iban a quedar indiferentes. Porque es lo que consigue Cuevas en todos sus shows: provocar, divertir y hasta escandalizar a algunas personas, pero la indiferencia no encaja con alguien que se define a sí mismo como “agitador folklórico”.
Arias y romanzas de zarzuela protagonizan “Barbián”, su último espectáculo diseñado por Fernando Carmena que rescata grandes piezas clásicas y las reinterpreta a su manera, pasadas por filtros sonoros de electrónica, pop y aires más vanguardistas. “Carceleras”, la romanza del segundo acto de “Las hijas de Zebedeo” de Ruperto Chapí marcó el inicio del espectáculo con toques eróticos y discursos divertidos, para continuar de manera impecable con “La canción del gitano” de Francisco Alonso. Solamente alguien de la calidad artística de Cuevas puede hacer una delicada y sutil versión de “Las Espigadoras” de la zarzuela “La Rosa del Azafrán”, con la carga dramática que tiene la letra y ser capaz de hacer reír. También, muy divertidos fueron sus discursos de la “Ronda de enamorados”, “El guitarrico” y, sobre todo “La gatita blanca” con sus explicaciones del origen de la jota.
Además de los músicos Frank Merfort y Richard Veenstra se acompañó del coro de la “Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo” para algunas piezas, entre ellas “Adiós a la bohemia” del maestro Sorozábal con libreto de Pío Baroja; gran compositor y gran letrista. Después del “Tango de las percheleras” a ritmo de samba y la zarzuela de postguerra “Renacer”, rescató la famosa “Amor de hombre” que Mocedades puso en los oídos de las generaciones actuales extrayéndola de “La leyenda del beso”. Fue un éxito con Mocedades y lo volverá a ser a ritmo de electrónica con Rodrigo Cuevas, cuando grabe su álbum.
Hablar de Rodrigo Cuevas es hablar de un creador que cuida la estética, la música, los discursos, se documenta y trabaja sus shows sin dejar nada al azar, siendo original hasta en los detalles más ínfimos, como su atuendo o su página web rodrigocuevas.sexy, ¿a quién se le ocurre un dominio así? Además, rescata un patrimonio de una riqueza sublime como es la zarzuela, y le da un aire nuevo desde el cariño y desde el conocimiento, aunque a algunos puristas les chirríe. En definitiva, ha sido un lujo para Gijón poder acceder a un espectáculo tan original como este, y puede que triunfe o puede que no, pero Rodrigo Cuevas encaja en el concepto de artista total.