domingo, 14 de agosto de 2022

Rodrigo Cuevas, un artista total

 

Fotografía: Fernando Rodríguez, LNE

Concierto de Rodrigo Cuevas durante la Semana Grande de Gijón, escenario de Poniente, sábado 13 de agosto de 20022. 


Rodrigo Cuevas es un artista como la copa de un pino y cualquiera que haya tenido ocasión de verlo en alguno de sus conciertos lo sabe. Claro que la explanada de Poniente es muy grande y al ser un concierto gratuito supongo que muchos de los presentes no sabían muy bien qué es lo que se iban a encontrar en cuanto a repertorio, sin embargo, lo que sí sabían es que no iban a quedar indiferentes. Porque es lo que consigue Cuevas en todos sus shows: provocar, divertir y hasta escandalizar a algunas personas, pero la indiferencia no encaja con alguien que se define a sí mismo como “agitador folklórico”. 


Arias y romanzas de zarzuela protagonizan “Barbián”, su último espectáculo diseñado por Fernando Carmena que rescata grandes piezas clásicas y las reinterpreta a su manera, pasadas por filtros sonoros de electrónica, pop y aires más vanguardistas. “Carceleras”, la romanza del segundo acto de “Las hijas de Zebedeo” de Ruperto Chapí marcó el inicio del espectáculo con toques eróticos y discursos divertidos, para continuar de manera impecable con “La canción del gitano” de Francisco Alonso. Solamente alguien de la calidad artística de Cuevas puede hacer una delicada y sutil versión de “Las Espigadoras” de la zarzuela “La Rosa del Azafrán”, con la carga dramática que tiene la letra y ser capaz de hacer reír. También, muy divertidos fueron sus discursos de la “Ronda de enamorados”, “El guitarrico” y, sobre todo “La gatita blanca” con sus explicaciones del origen de la jota. 


Además de los músicos Frank Merfort y Richard Veenstra se acompañó del coro de la “Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo” para algunas piezas, entre ellas “Adiós a la bohemia” del maestro Sorozábal con libreto de Pío Baroja; gran compositor y gran letrista. Después del “Tango de las percheleras” a ritmo de samba y la zarzuela de postguerra “Renacer”, rescató la famosa “Amor de hombre” que Mocedades puso en los oídos de las generaciones actuales extrayéndola de “La leyenda del beso”. Fue un éxito con Mocedades y lo volverá a ser a ritmo de electrónica con Rodrigo Cuevas, cuando grabe su álbum.


Hablar de Rodrigo Cuevas es hablar de un creador que cuida la estética, la música, los discursos, se documenta y trabaja sus shows sin dejar nada al azar, siendo original hasta en los detalles más ínfimos, como su atuendo o su página web rodrigocuevas.sexy, ¿a quién se le ocurre un dominio así? Además, rescata un patrimonio de una riqueza sublime como es la zarzuela, y le da un aire nuevo desde el cariño y desde el conocimiento, aunque a algunos puristas les chirríe. En definitiva, ha sido un lujo para Gijón poder acceder a un espectáculo tan original como este, y puede que triunfe o puede que no, pero Rodrigo Cuevas encaja en el concepto de artista total. 


Crítica publicada en La Nueva España

viernes, 12 de agosto de 2022

Crystal Fighters hace su agosto en Poniente


Fotografías de Fernando Rodríguez para LNE

 “Crystal Fighters”, Concierto de la Semana Grande en el escenario de Poniente. Jueves, 11 de agosto de 2022.


Hace un par de meses, se dio a conocer la programación de conciertos de la Semana Grande y en algunos medios de comunicación se publicaban las cifras con todos los ceros del caché de cada artista que pasaba por el escenario de la Plaza Mayor y el de Poniente. En este listado destacaba sobre manera el precio de la actuación de “Crystal Fighters”: 70.000 euros (IVA aparte, si no estoy mal informada), casi triplicando el caché del segundo del listado (Coque Malla y “La La Love You”, 25.000 €). Si bien es la actuación más internacional de todo el cartel no deja de ser una cantidad exorbitante para un grupo que apenas es conocido por el público en general, sobre todo por los gijoneses de a pie, para quien, supuestamente, se destina el presupuesto y se hacen las fiestas, que para eso son sus fiestas, amén de que si se consigue atraer más turismo gracias a los eventos bienvenido sea. 


“Crystal Fighters” está en el cartel porque es la nueva sensación de los festivales veraniegos de los últimos años, una formación londinense que mezcla indie con ritmos dance y toques de rock y pone a todo el mundo en pie a bailar como si no hubiera mañana. Y con esas pretensiones llegó al escenario de Poniente. Claro que el público o no se enteró o no era santo de su devoción, ya que los asistentes apenas rodeaban la mesa de sonido. 


Arrancaron con una buena exhibición de percusionistas de txalaparta y rápidamente todo el mundo comenzó a votar a ritmo de “I Love London”. Y entre guitarras con distorsiones, ukeleles, teclados y pistas grabadas sonaron canciones "happy flowers" que abogan por temáticas relacionadas con el misticismo y la naturaleza, con estribillos muy pegadizos y fáciles de recordar, entre ellas las de más éxito como “Love Natural”, “Follow” o “You & I”. Todo aderezado con muchos ritmos de percusión, muchos mensajes de paz y amor, una puesta en escena bien estudiada y, sobre todo, mucha interacción con el público. Un concierto de escasa hora y media que terminó con una invitación para ir a la playa a ritmo de “Plage”.


Si el éxito se mide por número de asistentes podemos decir que “Crystal Fighters'' no fue un gran  éxito.  Ahora bien, si obviamos el tema del caché (dicen que hablar de dinero es de mala educación), “Crystal Fighters” es un grupo divertido y apropiado para quedar bien en cualquier evento veraniego. Están de moda y cada cual hace su agosto y su vendimia como puede. Por lo demás, que cada uno saque sus propias conclusiones.


Crítica publicada en La Nueva España

lunes, 1 de agosto de 2022

Atracón de azúcar con James Blunt

 


James Blunt en el “Gijón Life”. Teatro de la Laboral, domingo, 31 de julio de 2022. 


Desde que James Blunt saltó a la fama con su primer álbum “Back To Bedlam” que contenía la almibarada “You’re Beautiful”, allá por 2005, ha acumulado nueve álbumes en total y, aunque  ha conseguido fabricar algún que otro éxito ninguno ha vuelto a pegar el pelotazo de aquella canción.  Su último lanzamiento, donde aglutina sus greatest hits fue la excusa para su reclamo en el “Gijón Life” como cabeza de cartel internacional, sin embargo, la venta de entradas no funcionó como se preveía y acabó celebrando su concierto en el Teatro de la Laboral para un público que ocupaba la mitad del aforo. Casi mejor, porque aunque el  británico haya tenido éxitos internacionales no deja de ser un cantante de bares y se mueve mejor en las distancias cortas. 


Con una voz limpia y bien afinada, aunque por momentos contenida sin abusar de sus característicos falsetes (quizás por aquello de racionar para su siguiente cita en A Coruña), se mostró simpático y con ganas de agradar, esforzándose con el español durante algunas frases y repartiendo abrazos efusivos entre las butacas para deleite de sus fans. Se ganó al público con temas como “Wisemen” o la sutil “Smoke Signals”, arropado por batería, guitarra, bajo y teclados. También tuvo sus momentos íntimos, por ejemplo, cantando “Goodbye my lover” y demostrando sus limitaciones con el piano, y encontró hueco para presentar algunas de las pocas nuevas con toda la banda como “Love Under Pressure” (nada que ver con la de David Bowie y Queen).


Además de la citada “You’re Beautiful” los momentos más efusivos del concierto fueron entonando “OK”,  aquella del cameo con el DJ Robin Schulz, la rítmica “Bonfire Heart” y la difícil de entender el porqué de tanta fama “1973”, con ese ritmo cansino y esa letra tan edulcorada. 


En total, hora y media de sesión de british pop agradable y con buen sonido, aunque el repertorio resultó un tanto empalagoso, tanto como comerse un buen trozo de tarta muy bien decorada. Pero el exceso de azúcar también tiene su público. 


Crítica publicada en La Nueva España