. Festival Internacional de Piano de
Gijón.
Frederic Chiu. Teatro de la Laboral. Jueves 24 de agosto.
El Festival
Internacional de Piano de Gijón clausura su decimoctava edición con una propuesta
innovadora y una magnífica actuación a cargo del pianista internacional
Frederic Chiu en el Teatro de la Laboral. Su propuesta resulta un tanto
novedosa al plantearla como un combate musical entre Claude Debussy y Sergei
Prokofiev: dos compositores que comparten época y dificultad técnica pero estilísticamente
alejados entre sí, Debussy de estilo impresionista y Prokofiev más neoclásico.
El concierto se planteó en cuatro asaltos y tras finalizar cada uno de ellos el
público debía anotar en un papel su preferencia. El propósito de Chiu con este
combate musical es que cambiemos todos de opinión. Aunque sea un combate va a ser muy justo
porque le encantan los dos compositores, y también nos advierte de que no hace
falta ser entendido, lo único es disfrutar de la música y elegir.
El disfrute para los
amantes del piano llegó desde el primer asalto, escogiendo piezas muy populares
de los dos compositores: la “Suite Bergamasque” que incluye el famoso “Clair de
Lune” de Debussy y tres piezas del ballet “Romeo y Julieta” de Prokofiev.
Durante la interpretación de los dos cuatro movimientos de Debussy, Chiu
visibiliza su particular estilo: interpretación elegante en las melodías y
agresividad en las partes fortes con dinámicas contrastantes. El pianista nos
ofrece un arreglo propio de la primera pieza del ballet de Prokofiev, “Alegría
Pública”, muy rítmica y con algún pasaje cercano al estilo ragtime. “Los
Montagues y los Capulets” fue interpretada con energía y precisión y una clara
diferenciación de las líneas melódicas y rítmicas entre ambas manos.
Para el segundo asalto
nos ofrece una difícil comparación: “L’isle joyeuse” de Debussy y la “Sonata
No. 3 de Prokofiev. Como puntos de unión son dos piezas en la misma tonalidad y
compuestas en la misma época. También, las dos son de gran virtuosismo con
pasajes muy rítmicos y de grandes complejidades armónicas. Sin embargo es difícil decantarse por una u
otra puesto que estilísticamente nada tienen que ver. Además, la interpretación
de las dos fue magnífica.
Tras una pausa elige
para el tercer asalto pequeñas miniaturas de ambos compositores. El experimento
con la sonoridad y el color de Debussy quedó plasmado en “Jardins sous la pluie
de Estampes” mientras que el sentido rítmico y la personalidad sarcástica y
cínica de Prokofiev se deja ver en “Sarcasm No. 1”, “Dos Visions Fugitives” y “Sugerencias
Diabólicas”, esta última de gran dificultad técnica y salvada con creces. Termina el cuarto asalto con una gran
interpretación de dos de las obras más importantes de los compositores: “Rèverie”
de Debussy y “Toccata” de Prokofiev.