Festival
Gijón Life. Parque “Hermanos Castro”, sábado 21 de julio.
Creo que fue Napoleón quien dijo aquello de “una retirada a tiempo es
una victoria”. Aprenderse bien el significado de esta frase y aplicarla es lo
que tendrían que haber hecho la mayor parte de los artistas que desfilaron la
noche del sábado por el concierto, o más bien fiesta “Love the 90’s”, dentro
del festival “Gijón Life”.
Lo cortés no quita lo valiente y creo que como concepto “Love the 90’s” está
bien pensado. La intención: reunir a 6.000 personas cuyo hilo conductor se basa
en que salían de fiesta en los 90’s y revivir aquella etapa como si no hubiera
mañana. Por otro lado, es de las pocas generaciones que actualmente se
mantienen activas en el mercado de trabajo y, por lo tanto, pueden pagar las
entradas tan caras. La puesta en escena: bastante lograda a base de iluminación con tecnología muy actual que imitaba
las luces de neón y los leds de la década; unas pantallas gigantes que
bombardeaban nuestras emociones con iconos culturales –Calimero, el príncipe de
Bel-Air, el boli Bic de cuatro colores, el reloj Casio con calculadora, etc-; espaciadas
llamaradas de fuego enmarcando el escenario; cañonazos de serpentinas al
público, la mesa de los Dj’s en medio del escenario. En general, todo muy bien
contextualizado y pensado para que la fiesta no decaiga en ningún momento. La
idea es de Hugo Albornoz, de raíces asturianas –concretamente de Pola de
Allande-, según nos contaba el Dj Fernandisco, -otro icono de los 90’s-, que
hizo de maestro de ceremonias y de enlace entre artista y artista durante toda
la noche.
A las 20:30 se abría el recinto con música enlatada a base de grandes éxitos de música disco. A las once de la noche Fernandisco
daba paso a artistas que fueron “one-hit wonder” en su momento, es decir, artistas que fueron famosos por una o dos
canciones y cayeron en el olvido. OBK fueron los primeros: música enlatada y sus cuatro “éxitos”,
incluido su “Historias de amor”. Me pregunto ¿Si llevas la música enlatada por
qué no llevas la voz también y así nos ahorramos escuchar tanto desafine? Lo
mismo pasa con Rebeca, una artista bastante “dura de pelar” y adicta a los
escenarios que lo mismo se apunta a corista de Eurovisión que a una barbacoa,
el caso es seguir ahí dando la nota. Era el turno de Jenny Berggren, única
superviviente de la banda sueca “Ace of Base”
y su éxito “All that She Wants”, a la que podría aplicar lo dicho de “OBK”
y de Rebeca juntos, excepto que llevaba una bailarina-corista que cantaba
bastante bien. La brasileña Olga de Sousa conocida como “Corona” y los alemanes
“SNAP” pusieron a bailar a todos con sus éxitos, entre ellos “The Rhythm of the
Night” y “Rhytm is a Dancer”, respectivamente. Aún faltaban “Gala”, “Jumper
Brothers” o “Chimo Bayo”, entre otros. Nada nuevo que
comentar.
Estos artistas han tenido
su momento de gloria en la música de baile, nadie les quita el mérito, pero
deberían de haber dado carpetazo a este capítulo y no dejarse seducir ni por
dinero ni por la adicción al escenario, por muy adornado e iluminado que esté.
El resultado es patético y sólo da lugar a risas y críticas despectivas. Esta
es mi opinión.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España