sábado, 24 de marzo de 2018

FITO: Veinte años de buen Rock and Roll



Fito & Fitipaldis en la gira “20 años, 20 ciudades”, con “Muchachito Bombo Infierno” y “Fetén Fetén”.  Palacio de Deportes Presidente Adolfo Suárez. Gijón, 16 de marzo.

Asistir a un concierto de Fito & Fitipaldis es una experiencia para recordar. La conexión que se produce entre el público y el escenario desde el primer instante no sucede con todos los artistas, aunque sean mejores técnicamente.  Fito tiene tal honestidad artística que consigue  que el tiempo se pare y el recinto se sumerja en una burbuja donde prima el buen rollo y el mejor rock and roll. Esto no es fácil. Y más si tenemos en cuenta que el rock and roll no está de moda. Pero así fue y el motivo era la celebración  “20 años, 20 ciudades”. Por suerte Gijón es una de las veinte privilegiadas.

De telonero “Muchachito Bombo Infierno”, divertido y espontáneo como de costumbre, calentó el ambiente con sus rumbas con toques roqueros y buscó la complicidad del público que respondió gustoso con palmas y cantando estribillos, sobre todo en “Ojalá no te hubiera conocido nunca”. Sus rítmicas con la guitarra son vertiginosas y merecidamente muy aplaudidas.

Llegó el momento esperado. Tras la presentación con un cortometraje animado salió el bilbaíno, guitarra en mano, para cantar “Siempre estoy soñando contigo” y el público a sus pies.  Impecable puesta en escena, buena ecualización, buena presión sonora (difícil de lograr en este pabellón, por lo tanto un aplauso para el técnico de sonido) y sobre todo musicazos. Llegó el primer solo de Carlos Raya y hubo que contener la respiración: técnica, precisión y mucho que contar con el slide durante treinta y dos compases. Y es que hay buenos solos de guitarra y luego están los que te obligan a exhalar algún “Guau”.  Esos son los solos del maestro Raya que, además, prepara sus guitarras a conciencia. Y así durante todo el concierto: como ejemplo “Garabatos”, “Todo a cien” o “Por la boca vive el pez”, en el que también destaca el saxofonista Javier Arzola.


Fito y su banda repasaron grandes temas que han marcado su carrera: “Quiero beber hasta perder el control”, “Lo que sobra de mí”, “La casa por el tejado”, “Soldadito marinero”, etc. Todo el público manifestaba su satisfacción aplaudiendo, silbando, bailando y principalmente cantando cada tema de principio a fin. Pero aún faltaban por llegar las sorpresas que el cantante ofrece en cada concierto de la gira. De nuevo la presencia de “Muchachito” en el escenario para cantar y tocar mano a mano con Fito “Yo no soy Bo Diddley” (en honor al padre del rock and roll) y “Me tienes frito”. Los dos con las guitarras ofrecieron una buena demostración de gran calidad artística.
“Fetén Fetén” era la sorpresa de la primera noche en Gijón. Los burgaleses tocaron “Me quedo aquí”  y el famosísimo “Whisky Barato” y todos juntos aportando una gran riqueza tímbrica con el acordeón, banjo y violín y una energía desbordante.

Fito & Fitipaldis fueron generosos y ofrecieron un concierto de más de dos horas. Después de los primeros bises el abarrotado pabellón volvió a rugir estruendosamente porque sabía que Fito siempre termina sus conciertos con “Acabo de llegar” y aún no había sonado. Tocaron “Entre la espada y la pared” y sonó la canción emblema que anuncia la triste y a la vez feliz despedida.  Triste porque se rompe esa conexión mágica y hay que volver a casa y feliz por haber asistido a un concierto extraordinario y porque sabemos que mientras le aguanten los huesos tendremos Fito & Fitipaldis para rato. Espero que por lo menos sean otros veinte años.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España  publicada el 18 de marzo.

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