Bertín Osborne: Gira “40 años son pocos”. Teatro de la Laboral, sábado, 18 de junio de 2022.
“40 años son pocos” es el último trabajo discográfico de Bertín Osborne y el motivo de la gira intensa que recorre distintos escenarios, pasando por el Teatro de la Laboral que le recibió con un aforo casi al completo. El título es más que adecuado para explicar sus dotes vocales, puesto que después de cuarenta años dedicándose a la música todavía no ha aprendido a cantar. Claro que a estas alturas poco importa ese detalle porque con su peculiar simpatía, su éxito televisivo y sus chascarrillos “campechanos”, logra salir victorioso de los recitales.
Rodeado de una docena de mariachis comenzó su repertorio con algunas rancheras de las de toda la vida e hizo un repaso por sus canciones más exitosas. “Amor Mediterráneo”, “Como un vagabundo” o la rumba “Noches de San Juan”. Sus discursos calaban entre los fans y varias espontáneas le gritaban “Bertín, estás buenísimo” e incluso un caballero le azotó “que sepas que mi casa es la tuya”.
Sus canciones clásicas, las compuestas por él (como se encargó de recordar reiteradas veces) sonaron más o menos entonadas puesto que están hechas a su medida, sin embargo, su vocación de crooner le lleva a cometer la osadía de querer cantar temazos que no están a su altura. No contento con destrozar “Release me”, “New York, New York” y hasta la mismísima “América, América” (pobre Nino Bravo), se atrevió con dos de las icónicas de Luis Miguel: “Por debajo de la mesa”, del gran Armando Manzanero y “La Bikina”, con unos arreglos buenísimos. La banda de músicos que acompaña es espectacular y los arreglos musicales dirigidos por el pianista son de primera, qué lástima que Bertín abriera la boca para taparlos.
Con la simpatía que le caracteriza y entre copa y copa de vino apurada, con la excusa de aclarar la garganta, la que mejor cantó y escenificó fue la ranchera “Llegó borracho el borracho”. Ya para despedir recurrió al éxito de Albert Hammond, “Échame a mi la culpa” con la que salió triunfante una vez más. Y es que para ser artista hay que ser valiente y atrevido, incluso hay artistas que rozan la temeridad, tan necesaria para lograr el éxito. Y luego está el caso de Bertín Osborne que va por otros parámetros.
Crítica publicada en La Nueva España
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