Scott Matthew en la sala Acapulco del Casino de Gijón. Gijón Sound
Festival, viernes 17 abril.
El australiano Scott Matthew era uno de los artistas más esperados
para la tercera edición del Gijón Sound Festival, sin embargo,
paradójicamente no es una de las figuras que más público atrae.
Su particular forma de cantar y contar historias sobre la vida cotidiana
está reservada para minorías que buscan una tranquila alternativa a lo que se
escucha en la radio fórmula.
Alrededor de 100 personas ocuparon las sillas dispuestas en medio de la
pista de la sala Acapulco para presenciar el estreno del quinto
disco del cantautor residente en Nueva York, ”This Here Deafeat”. Un álbum con
10 temas lentos que hablan de tristezas, desamor, desencuentros y derrotas como
el título del álbum. Su peculiar voz dotada de cierto encanto
desgarrado y llena de melancolía imprime un sello de identidad un tanto
diferente, pero que no haya malos entendidos, a pesar de la temática de sus
letras huye del victimismo recurrente y cuenta lo que cuenta con cierta
lejanía. Como buen trovador que es.
Su participación en la banda sonora y en algún fragmento (como músico) de
la película “Shortbuss”, dirigida por John Cameron Mitchell, contribuyó
enormemente a su despegue comercial. El film fue muy polémico porque contiene
algunas escenas con sexo real y, como todos sabemos, no hay nada que venda más que el sexo, bien
sea para aplaudirlo o para repudiarlo. La cuestión es que muchos se fijaron en
su música y la demanda de sus conciertos hace que actualmente tenga colapsado
el calendario de su gira. Basta con echarle un ojo a su página web y
podemos ver los pocos días de descanso que hay intercalados en el mes de abril,
sólo tres, y si miramos los destinos aparecen Alemania, Suiza, Portugal,
Francia, Italia y tres conciertos en España Barcelona, Madrid y Gijón. ¡Agotador!
Un tema tras otro fuimos conociendo su nuevo trabajo, acompañado por sus
tres amigos tocando el piano, la guitarra y el chelo para imprimirle un plus de
melancolía a su música. En ocasiones Scott Matthew se agarra al ukelele,
instrumento al que le tiene un cariño especial, como manifestó él mismo sentado
en un taburete con una copa de vino en la mano. También pudimos escuchar algún
cover, entre ellos el tema popularizado por Whitney Houston
"I Wanna Dance With Somebody", compuesto por George Merrill y
Shannon Rubicam. Por supuesto, su forma de interpretar este tema dista
mucho de la versión bailable y alegre de la fallecida cantante. Fue chocante
pero estuvo logrado.
En definitiva, el público que asiste a los conciertos
de Scott Matthew va en busca de una experiencia emocional diferente, así que mencionar que me
hubiera gustado escuchar mejores arreglos instrumentales, no tan básicos,
repetitivos y carentes de recursos, quizás esté de más.
Crítica de Mar Norlander para el periódico La Nueva España
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