IX Festival Internacional de Creación Audiovisual de Gijón. Laboral Ciudad de la Cultura.Mayo 2015.
Diversas propuestas llegaron a la novena edición del
Laboratorio de Electrónica Visual (LEV) celebrado en Gijón. Unas más acertadas
y otras no tanto, pero el LEV siempre es una gran oportunidad para vivir
experiencias diversas que combinan el arte visual con el auditivo. La
inauguración corrió a cargo de Playmid ofreciendo un espectáculo
gratuito de sinestesia, a base de juegos de luces y sonidos en el Puerto deportivo
que sonaban muy bien sobre el papel pero la realidad quedó más deslucida.
Interesante fue la videoinstalación de Quayola, y su “Strata #4”, que trata
de mostrarnos qué hay detrás de algunas pinturas de Van Dyck y
Rubens. Mediante la proyección visual pudimos ver la descomposición en
pequeños fragmentos de pinturas religiosas en la Iglesia de la Laboral.
Sonidos de sintetizador de carácter minimalista con efectos sonoros
nos introducen en las cualidades de la composición que presentan
estas pinturas.
La primera sorpresa llegó de la mano de Jacaszek, un artista sonoro
polifacético que, en su presentación de “Glimmer”, resultó novedoso por
una particular mezcla de instrumentos clásicos con texturas electrónicas y por
la fusión sonora de pasajes barrocos, minimalistas y vanguardistas
más actuales. Ignacy Wisniewski demostró ser un brillante
músico adaptándose metronómicamente a las secuencias prefijadas en la interpretación con
un clavicordio. Andrzej Wojciechowski, alternando
entre un clarinete en Si b y un clarinete bajo, imprimía a la obra otras
frecuencias sonoras que combinaban perfectamente con la electrónica industrial.
Pero no todo lo grabado era industrial, el artista Jacaszek también
recurrió a sonidos de cordófonos renacentistas, láminas de madera y
pianos pregrabados junto con la grabación a tiempo real de fragmentos de
clarinete y clavicordio, interpretados en directo para volver a volcar la
muestra en vivo y así crear un ambiente sonoro perfectamente orquestado.
Además de la satisfacción auditiva nuestros ojos también disfrutaron con los
paisajes visuales abstractos creados por Alba G. Corral en directo. Una muestra
de interdisciplinariedad cuyo resultado fue más que interesante. El público lo
agradeció con estruendosos aplausos.
Cabaret Voltaire era el reclamo más popular de la novena edición del LEV. La presentación como proyecto personal de Richard H. Kirk no defraudó pero tampoco sorprendió. Acierta al huir de los viejos temas que le consagraron como pionero y referencia de la música británica industrial y techno de hace 30 años pero en su actual propuesta no deja claro por dónde van los tiros. Siguiendo una línea más comercial para consumo de ambientes ibicencos aporta alguna pequeña novedad, más en lo visual que en lo sonoro, pues en esto último aparte de romper de vez en cuando estructuras habituales de ocho compases, utilizar alguna polirritmia y mezclar de manera particular voces en off de radio y televisión con sonidos electrónicos poco más hay. En una pantalla gigante dividida en tres secciones se proyectan imágenes a gran velocidad con saturación de color sobre fondo blanco y negro. Las imágenes muestran episodios claves de la civilización del siglo XX, principalmente de guerras, personajes políticos, luchas femeninas y superhéroes de ficción. Mientras, las composiciones sonoras se movían por diferentes bases rítmicas que se iban superponiendo con pequeñas variaciones e incrementando los niveles de audio. Al final de la sesión el volumen y la saturación de agudos rozaban el umbral del dolor en los oídos. Suerte que la organización del LEV obsequiaba a cada visitante con tapones. Se ve que estos del LEV están en todo.
.
La segunda sorpresa, aunque esperada, fue Ben Frost y el artista visual MFO,
que consiguieron cautivar a todos los
presentes del abarrotado teatro de la Laboral con la presentación en directo de
uno de los mejores discos del año en su género, “A U R O R A”. Un espectáculo
de luces, sombras y sonidos cuidado al
máximo detalle para atrapar la mente y sumergir al espectador en una
experiencia única y diferente. Aunque suene
a anuncio de película de ficción así nos sentimos la mayoría de los
asistentes con el trabajo de Ben Frost y MFO, artistas que pasarán a la
historia, seguramente.
Crítica de Mar Norlander para La Nueva España
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