jueves, 20 de octubre de 2022

Quiroga, un cuarteto muy solvente

Cuarteto Quiroga, Sociedad Filarmónica de Gijón. Teatro Jovellanos, 19 de octubre de 2022. El segundo concierto de la temporada de la Sociedad Filarmónica contó con la presencia del Cuarteto Quiroga, una de las formaciones más afamadas de nuestro panorama musical, merecidamente. Tal es la compenetración de los cuatro componentes que para disfrutar de uno de sus conciertos conviene situarse en las primeras filas de la butaca y captar cómo respiran acompasados según va fluyendo la partitura, y en esta ocasión aún más si cabe, puesto que el programa presentaba los dos cuartetos Op. 51 de Johannes Brahms, dos auténticas obras de arte del repertorio cuartetístico. Estas dos obras ya fueron grabadas por el conjunto y publicadas en noviembre del 2015 bajo el título “Frei Aber Einsam” (Libre pero solitario), por lo tanto, es un repertorio que dominan hasta el punto de extraer detalles casi imperceptibles. Aitor Hevia (primer violín), Cibrán Sierra (segundo violín) Josep Puchades (viola) y Helena Poggio (violonchelo) le dieron la vuelta a la tortilla y comenzaron su interpretación en orden inverso cronológicamente hablando, iniciando la primera parte del programa con la segunda obra, el “Cuarteto de cuerda en la menor, op. 51 n. º 2” y dejando para la segunda parte el Cuarteto de cuerda en do menor, op. 51 n. º 1“. Hay quien apunta que el segundo cuarteto fue estrenado antes que el primero, sea como fuere es un acierto para el auditorio ya que, si bien el segundo cuarteto es una obra fascinante su mayor extensión y la densidad de sus texturas la hace menos comercial que el “Cuarteto nº 1”. De la interpretación del segundo cuarteto, compuesto por Brahms durante un retiro estival y dedicado a su amigo Joseph Joachim, destacamos la interpretación del Andante moderato y del Quasi Minuetto: los Quiroga trabajan las dinámicas de una manera tan refinada que hacen contener el aire. Tras la pausa tuvo lugar la interpretación del “Op. 51 nº 1” y de nuevo brilló la técnica y el dominio del lenguaje para sacar adelante una partitura estructurada en cuatro movimientos con un final Allegro y brillante. La sonora ovación provocó una dulce propina y siguiendo con Brahms interpretaron “In Stiller Nacht” (La Noche Callada), una versión de una canción tradicional alemana con la que el Cuarteto Quiroga se despidió por todo lo alto del Teatro Jovellanos. No será por mucho tiempo, puesto que su calidad interpretativa es tal que se hará todo lo posible por traerlos de vuelta. Crítica publicada en La Nueva España

viernes, 7 de octubre de 2022

LP desata pasiones

 


LP. Teatro de la Laboral, jueves, 6 de octubre de 2022. 

El concierto de Laura Pergolizzi, más conocida como LP, contó con un protocolo de seguridad un tanto excesivo desde la entrada al Teatro de la Laboral (revisión puntillosa de bolsos y mochilas, sustracción de botellas, etc.), y un montón de personal rodeando el escenario para impedir cualquier tipo de contacto. Parecía extraño que una cantante de estilo más bien pop contara con tantas restricciones, teniendo en cuenta que su público es adulto y heterogéneo y que es un teatro en el que todo el mundo está sentado.  Pero una vez empezado el show y viendo las reacciones enfervorizadas por acercarse a esta muchacha de cuerpo menudo, tiene cierta justificación. 



Desde la primera canción, la onírica “When We Touch”, mostró su potencial vocal a base de fuerza y unos sobreagudos impecablemente afinados. Su voz hablada de tipo nasal nada tenía que ver con su manera de cantar con ese timbre tan singular y un registro que impacta. Hizo un repaso por su repertorio más cotizado, sonando temas como “How Love Can You Go”, sorprendiendo al público o “When We’re High”, con mucha seguridad. La contundente banda acompañante (batería, bajo, guitarra y teclados), engrandecía los temas más flojos, caso de “Other People” o la reciente  “Goodbye” a ritmo funky,  jugando con una descomunal reverberación y consiguiendo efectos que mejoraban el original. 

Tras escuchar “Churches”, ella sola con la guitarra, llegó la parte un poco más cañera: “My Body”, “Shaken” o “One Last Time”, con la que puso a todo el aforo de pie cantando a grito pelado. Para los bises dejó “Recovery” con voz y piano y “Lost On You”, el tema con el que consiguió la fama mundial merecidamente, tras haber estado componiendo grandes éxitos para otros artistas como Rhianna, Backstreet Boys o Christina Aguilera, entre muchos otros.


LP es una cantante peculiar con unas características tímbricas y una personalidad que bien podría tomar el relevo de las inolvidables Janis Joplin, Alanis Morissette, Pati Smith o Joan Jett. Además tiene muy buenas canciones y llega a un público diferente. Sin embargo, en mi opinión, para abarrotar grandes escenarios le falta una parte cañera más larga y contundente, con un guitarrista (o dos) que rompa cuerdas de verdad y exprima unos solos que corten la respiración. Lástima que no sea el propósito de LP, de hecho, ella ha decidido llevar una hoja de ruta más personal y así le va muy bien. Lo que está claro es que allá por donde pasa no deja a nadie impasible y desata pasiones. Por algo lleva tantas medidas de seguridad.

Crítica publicada en La Nueva España


jueves, 6 de octubre de 2022

Un Réquiem personal que impresiona

 



“Orquesta Sinfónica y Coro Mercadante”. Director: Mariano Rivas. Anna Kabrera (soprano), Alexandra Rivas (mezzosoprano), Quintín Bueno (tenor), Ihor Voievodin (bajo-barítono). Sociedad Filarmónica de Gijón, miércoles, 5 de octubre de 2022. 

 


Comienza la temporada de la Sociedad Filarmónica de Gijón con un concierto tan atractivo que rozó el lleno en el Teatro Jovellanos y congregó a numerosas personalidades del mundo de la cultura y la política de Asturias, entre ellos Adrián Barbón. La “Orquesta Sinfónica y Coro Mercadante” bajo la dirección de su creador Mariano Rivas, fue la responsable de ofrecer la “Misa de Réquiem en Re menor, K. 626”, más conocido como el “Réquiem de Mozart”, una obra que supone el testamento musical de su autor. A pesar de que Mozart no terminó la partitura en vida -siendo finalizada por su discípulo Süssmayr a petición de la viuda de Mozart-, la obra marcó un antes y un después en las composiciones de este tipo de repertorio. 


El día previo al concierto la Sociedad Filarmónica organizó una conferencia  a cargo de la profesora de musicología María Sanhuesa, donde hizo un repaso por los orígenes y evolución del Réquiem según la visión de distintos compositores y desgranó todas las claves para entender una partitura tan valiosa. Como dato llamativo Sanhuesa aportó que este “Réquiem” ya fue interpretado en Oviedo en la iglesia de Santa María la Real de la Corte en 1824. Nada menos.


La interpretación de la orquesta estuvo bastante bien, teniendo en cuenta que es una formación joven y de reciente creación y que quizás esa obra requería un poco más de densidad sonora.  El coro estuvo sobresaliente desde el “Introito” y la dirección de Rivas, con un tempo más acelerado de lo habitual, fue comedida y controlada, ofreciendo un “Réquiem” muy personal.  Después del imponente “Dies Irae” era el momento de lucimiento de los cuatro solistas en el “Tuba Mirum”, destacando el bajo-barítono ucraniano Ihor Voievodin, con unas cualidades tímbricas y técnicas que llaman la atención. También la soprano Anna Kabrera posee un timbre muy bonito y estuvo fantástica en sus intervenciones. Las cuatro voces son excelentes por individual, aunque los límites entre coro y solistas quedaban excesivamente dibujados y la obra requiere más empaste, en mi opinión.


A destacar el maravilloso pasaje del “Lacrimosa”, tanto por la composición (Mozart solo compuso los ocho primeros compases y el resto Sûssmayr) como por la bella interpretación del coro con una sonoridad unitaria. 


Una vez finalizado el concierto y ya entre bastidores, la soprano Anna Kabrera me confesaba lo impresionada que quedó al ver a gran parte del público secarse las lágrimas continuamente. Y es que el concierto gustó tanto que los aplausos no cesaban y fue necesario repetir el “Dies Irae” como colofón para satisfacer al susodicho. Gran comienzo de temporada para la Sociedad Filarmónica de Gijón que trae una programación de primer nivel y que augura veladas extraordinarias.


Crítica publicada en La Nueva España