Miércoles 1 de Abril. Sala Acapulco
¿Fue la sombra de Jimi Hendrix la que
planeó por Gijón la noche del pasado miércoles 1 de abril, durante más de una hora? O
era su sombra o su espíritu se apoderó del guitarrista Parker Griggs en algún
momento de su vida, pues hubo instantes en que cerramos los ojos y sentimos su
presencia. Griggs es el creador de la banda americana Radio Moscow y
llegan a la sala Acapulco de la mano de “The Promouters”. Abro paréntesis para
resaltar la labor de estos promotores que se lo curran mucho y que gracias a
ellos este año hemos podido disfrutar de bandas como “Siena Root” o
“Dewolff”. Cierro paréntesis y sigo con la estrella de la noche.
Radio Moscow es una banda de Iowa formada
en el 2003 por Parker Griggs, cantante, guitarrista y compositor. Por esta
formación han pasado numerosos músicos, hasta los actuales Paul Marrone
(batería) y Anthony Meier (bajo) que, junto con Griggs presentan su disco
“Magical Dirt” por varios países de Europa. La actuación tuvo mucho de
“magical” y también algo de “dirt-y”. Vamos con lo mágico. Desde el
primer tema “So Alone” hasta los bises, nos sumergimos en un sonido hipnótico
de hard-rock setentero con psicodelia y blues, donde se evidencia el
protagonismo de la guitarra, capaz de crear brutales riffs, de los que
enganchan, y escupir solos vertiginosos y aullantes para impactar a un aforo
bastante repleto. Pentatónicas menores, acordes de dominante con novenas
aumentadas, bendings dobles al unísono, abuso de wah-wah y feedbacks, slides,
peculiares delays setenteros…. y un sinfín de detalles técnicos son la
justificación de porqué hablo de la sombra de Jimi Hendrix. En las
composiciones de Griggs también hay influencias de Cream, Led Zeppelin, Blue
Cheer y un montón de bandas de primera línea que contribuyeron a crear
uno de los estilos más increíbles del siglo XX.
Menos mágico fue la parte del sonido.
Sabemos que un concierto de rock requiere grandes dosis de decibelios, pero fue
excesivo, de hecho hizo recular a algunos asistentes que se habían apresurado a
ocupar las primeras filas. Además del volumen se abusó de graves, creando por
momentos una bola sin definición. Me consta que ellos lo quieren así, quizás
buscando esa sonoridad retro, pero creo que es un error, ya que las
posibilidades técnicas actuales permiten un sonido mucho más claro y definido
sin perder la esencia. En su día lo pudimos comprobar con el concierto de
Dewolff, en el mismo escenario y con el mismo equipo. En cuanto a la voz de
Griggs, una leve ronquera acentuaba aún más su habitual timbre rajado. Sus
melodías vocales son monótonas y repetitivas y sus letras no dicen nada
interesante. ¿Qué importancia tiene? Está claro que Griggs canta para no
convertir la banda en un trío instrumental. Sabe que eso no vende por muy
clon de Jimi Hendrix que sea.
En definitiva, probablemente
debido al cansancio por haber actuado el día anterior en Madrid Radio
Moscow no tuvo su mejor noche en Gijón, de cualquier forma mereció la pena
escuchar a una de las mejores bandas de rock actuales, cuyos largos solos
de Stratocaster son capaces de cortar la respiración por momentos.Crítica de Mar Norlander para La Nueva España, publicado el 8 de abril.
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