jueves, 13 de febrero de 2020

Juan Valderrama: versos de mujeres con mayúsculas


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Juan Valderrama “Mujeres de Carne y Hueso”. Teatro Jovellanos, sábado 1 de febrero.

Delmira Agustini, Gloria de la Prada, Pilar Paz Pasamar, Ángela Figuera Aymerich, Alfonsina Storni, Joana Raspall y muchas otras, son grandes poetas que apenas figuran en los libros de texto o en las estanterías de nuestras bibliotecas particulares. Como mucho, algunas han conseguido que su nombre se ponga en la escuela pública del lugar donde nacieron o vivieron y que el alumnado del centro les rinda homenaje una vez al año, principalmente porque algún profesor devoto se empeña en ello.  El cantante Juan Valderrama ha querido rescatarlas del olvido y darles eco en un proyecto titulado “Mujeres de Carne y Hueso”, en el que también figuran poesías de escritoras más conocidas como Rosalía de Castro o Gloria Fuertes, esta última inspiradora del proyecto.  Los versos seleccionados sonaron en forma de canción acompañados por seis instrumentistas y convencieron al público del Teatro Jovellanos, a pesar de los desafines de la voz de Valderrama. En general, sonaron buenos arreglos y si algo ensombreció este proyecto tan fantástico fue precisamente esas notas desafinadas que se escapaban de vez en cuando (más a menudo de lo deseado) en sus fraseos.

La primera poesía que sonó fue “Alma desnuda” de Alfonsina Storni, una mujer con una historia de vida digna de muchos ríos de tinta (como la mayoría de estas mujeres), cuyos poemas han caído en el olvido. La recordamos porque fue la protagonista de aquella memorable canción “Alfonsina y el mar” cantada por Mercedes Sosa. Valderrama hizo una versión lírica sensible con acompañamiento del chelo de Cary Rosa Varona. Siguió la mejor canción del disco para mi gusto, un canto al amor en forma de bolero que pone música a la genial “Pienso mesa y digo silla” de Gloria Fuertes.

Quien le iba a decir a Sor Juana Inés de la Cruz que su poema “Hombres Necios”, que escondía debajo de un escalón junto a muchos escritos porque la iglesia le prohibía escribir, iba a sonar siglos después en una canción a ritmo de montuno. La salsa volvió en una versión de “Gracias a la vida” de Violeta Parra con clave y tumbaos auténticos, gracias al predominio de instrumentistas cubanas como la pianista Isbel Noa, la chelista Varona o la percusionista Valerie Espinosa. Buenos músicos que también saben darle el ritmo adecuado a otros estilos como el chotis, la copla o toques flamencos, con un acompañamiento muy bien hecho a la guitarra en temas como “El Secreto”, cuya letra es de la gaditana Pilar Paz Pasamar, apadrinada por Juan Ramón Jiménez y muerta recientemente, aunque ni siquiera se dio la noticia en Canal Sur, como recordaba Valderrama.

El “Asturias” de Víctor Manuel y el homenaje que rindió a su padre, el gran Juanito Valderrama y su famosa “El Emigrante”, desató la emoción y corrieron las lágrimas que justificaron los desafines. Las comparaciones son odiosas, sin embargo, el público se mostró encantado.
En definitiva, salvo pequeños detalles el proyecto es fantástico y merece la pena aplaudir y apostar por un espectáculo que nos descubre a estas grandes artistas del verso. Quédense con estos nombres y dediquen un rato a navegar por la red para buscar sus historias y sus poesías. Verán qué bien se lo pasan.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España

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