Concierto de Manuel Carrasco, Teatro de la Laboral de Gijón. Sábado 12 de marzo,
2016.
Pocos euros he sacado de mi bolsillo para seguir la carrera de un cantante
extraído de la famosa factoría Operación Triunfo y menos de esa segunda
edición, donde, para participar era condición casi indispensable haber portado
en alguna ocasión una corona de Miss o Míster, a juzgar por lo visto. Todos
guapos a rabiar y todos con voces más o menos aceptables, sin más. Y de ese
programa de televisión salió un chico de Huelva -guapísimo, faltaría más- que
cuando cantaba resultaba ser una especie de sucedáneo de Alejandro Sanz con voz
dulcificada. Al menos esa fue mi impresión inicial. Su segundo puesto en la
edición de aquel concurso le abrió las puertas a una carrera musical con ocho
álbumes de estudio y numerosos premios.
Su cita en la Laboral de Gijón colapsó por un buen rato el tráfico de los
alrededores. Todo vendido, hasta las localidades de visión reducida. Allí
estaba Manuel Carrasco con su banda para presentar el último disco “Bailar el
viento”. Un buen espectáculo de principio a fin. Desde la animada “Tambores de
guerra” hasta la coreadísima “Que nadie” -popularizada junto a Malú-, fue
alternando cortes del nuevo disco con otros clásicos que se han convertido en
himnos para sus fans. Precioso quedó todo el recinto del teatro iluminado con
los móviles de los asistentes -a petición del cantante-, todos en pie entonando
“No dejes de soñar”. Especialmente guapo fue el arreglo musical del tema “Menos
mal”, con la melodía aflamencada de la voz sobre un piano de armonías jazzeadas
en las manos de Javier Lozano “Loza” y un solo de armónica en tempo rubato a
cargo de David Carrasco. También me sorprendió el arreglo del tema “Sígueme” y
el solazo de piano a lo Bruce Hornsby que se marcó Loza. Nada que ver con el
tema del disco. David Carrasco (primo de Manuel) es un pilar importante de la impecable
banda de músicos por su faceta multiinstrumentista, cajón, teclados, guitarras
y en especial el saxo, dando buena cuenta de ello en el insulso tema “Amor
planetario”, engrandecido por su saxo y en “El Bar de los Pesares” donde se
marcó un buen solo que hizo vibrar a los presentes. No me esperaba menos porque
los artistas que perduran suelen rodearse de buenos músicos, buenos técnicos de
sonido, luces,...todo en su sitio. Veintidós temas pudimos escuchar en total,
incluidos seis bises. Lógicamente la ovación fue sonada y el público abandonó
el recinto con cara de gran satisfacción.
Pues bien, después de lo
visto no prometo comprarme sus discos pero muy probablemente sí acudiré a sus
conciertos porque Manuel Carrasco en directo es una bomba. No es un sucedáneo
de Alejandro Sanz ni mucho menos, es un artista con personalidad, autenticidad
y sobre todo humildad y entrega a su público. Dice verdad en los versos que
compone, se cree lo que cuenta y lo transmite dejándose la piel en cada frase.
Un gusto.
Crítica de Mar Norlander para La Nueva España, publicada el 14-3 2016.
Crítica de Mar Norlander para La Nueva España, publicada el 14-3 2016.
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