Ensemble
4.70. Ciclo de conciertos de Navidad de la Fundación Museo Evaristo Valle. Sábado,
20 de diciembre de 2025.
La formación camerística Ensemble 4.70 vuelve a
demostrar que su mayor fortaleza reside, paradójicamente, en aquello que podría
considerarse una debilidad: la ausencia de una formación fija. Bajo la dirección
y el impulso de David Roldán -auténtico motor del proyecto-, el ensemble se
reinventa en cada aparición mediante la incorporación de músicos de primer
nivel, creando combinaciones musicales tan irrepetibles como estimulantes. En
esta ocasión, el quinteto formado por Pedro Ordieres y Jesús Méndez en los
violines, Rubén Menéndez en la viola, Marta Martínez al violonchelo y el propio
Roldán al piano, brilló con una cohesión sorprendente para un grupo de
naturaleza tan flexible.
El concierto,
celebrado en el incomparable entorno del Museo Evaristo Valle, se erigió como
un necesario homenaje al 50º aniversario del fallecimiento de Shostakovich, uno
de los grandes compositores del siglo XX. La elección del repertorio, lejos de
ser un simple recorrido por obras emblemáticas, mostró un criterio refinado y
adaptado a la plantilla del ensemble. La velada se abrió con una Passacaglia
interpretada con impecable precisión técnica y un admirable control de
tensiones, estableciendo un clima de sobriedad y profundidad emocional. A ello
le siguieron dos quintetos para piano y cuerdas en los que el grupo desplegó un
equilibrio exquisito entre la severidad contenida del compositor ruso y un
evidente disfrute interpretativo, logrando pasajes de gran vibración expresiva.
La inclusión del primer movimiento de la Sonata “Claro de
Luna” de Beethoven sorprendía al leer el programa, pudiendo parecer un añadido
poco justificado. Sin embargo, tras las explicaciones didácticas de Roldán y su
interpretación, inmediatamente seguida del Finale de la “Sonata para viola y
piano Op. 147” de Shostakovich, todo cobró sentido. La escucha consecutiva de
ambas piezas evidenció la audacia del compositor ruso, que reelabora y dialoga
con la célebre sonata beethoveniana, mostrando así su profunda admiración por
el maestro de Bonn. Esta conexión -conceptual y emocional- reveló una lectura
inteligente y sensible del repertorio, cerrando el concierto con un gesto de
coherencia artística que confirmó, una vez más, la madurez y audacia del Ensemble
4.70.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España





