Nikita Mndoyants. XX Festival Internacional de Piano de Gijón. Teatro Jovellanos, martes, 20 de agosto.
Elegante y precisa fue la interpretación de Nikita Mndoyants, en su concierto del teatro Jovellanos. Sonatas de Beethoven y Brahms protagonizaron una de las jornadas más esperadas del Festival Internacional de Piano, que mantiene su gran prestigio con invitados de lujo como el pianista ruso.
Comenzó con la “Sonata para piano n.º 17 Op. 31 No. 2”, más conocida como “La tempestad” de Beethoven. Si el primer movimiento fue discreto pudimos comprobar en el “Adagio” la gran capacidad de Mndoyants para captar el drama de la obra, creada en uno de los momentos más duros de la vida del compositor al confirmarse su sordera. Fue escrita al mismo tiempo que la Sinfonía nº 3 (La Heróica) y comparte con ésta ciertas reminiscencias de carácter apasionado. El pianista ruso concluyó con mucha solvencia el tercer y último movimiento “Allegretto”, para brillar técnicamente con la siguiente obra del programa, la “Sonata Op. 31, No. 3” conocida como “La Caza”, también del de Bonn. Los dedos ya estaban en forma para interpretar magistralmente esta obra de interpretación difícil a la par que menos frecuente y el cuarto movimiento “Presto con fuoco” fluyó con absoluta destreza al galope, a ritmo de tarantella.
Tras la pausa, escuchamos “Intermezzo”, una breve composición propia de carácter impresionista que recorría todo el rango del piano con largos pedales manteniendo el “leitmotiv” de forma recurrente.
La tercera Sonata compuestas por Brahms fue el broche final del recital de piano. Una larga y compleja obra estructurada en cinco movimientos que representa una obra maestra de la literatura pianística, a pesar de que Brahms contaba con sólo veinte años de edad. Mndoyants supo plasmar el equilibrio entre el fondo y la forma, que tanto le preocupaba al compositor. De hecho, Brahms no volvió a componer más sonatas para piano, quizás porque buscaba más libertad en las estructuras y se sentía más cómodo con otras formas compositivas. El pianista ruso demostró un gran conocimiento de la obra, destacando sobremanera en el Scherzo y arrollando en el “Finale”.
La larga ovación propició tres propinas, y después de un arreglo de Bach y una Bagatela de Beethoven nos fuimos del teatro entonando la repetitiva melodía del rondeau “Les Sauvages” de Jean Phillip Rameau, con la que Mndoyants concluyó su recital, dejando el listón un poco más alto (si cabe), en este Festival Internacional de Piano que ya se consagra como uno de los más importantes del territorio español.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España
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