El Consorcio, gira de despedida.
Teatro Jovellanos, miércoles 20 de abril.
Desde el primer tema, “El vendedor”, hasta el último de los bises, “Adiós
amor”, asistimos a una despedida sincera y emotiva. Una montaña rusa de emociones
entre risas y lágrimas, vividas por el aforo completo del teatro. “! Qué mejor
que el Teatro Jovellanos para despedirse de Gijón!” dice Amaya Uranga y alguien
del público le responde: “!qué pena que os vayáis!”. Los conciertos de El
Consorcio y de Mocedades siempre son dignos de mención. Sus voces, tanto
solistas como armonizadas, han calado en varias generaciones durante su
larga trayectoria, pero este concierto se convirtió en el más especial de
todos.
Hacen un repaso de grandes temas popularizados a lo largo de más de 40 años
de profesión, compuestos por maestros como Juan Carlos Calderón,
Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat o José Luis Perales, entre otros. Para la
gira los hermanos Iñaki, Amaya y Estíbaliz Uranga, junto con Carlos Zubiaga, se
acompañan de músicos de la talla de Daniel Amat (piano), Salvador López (bajo)
y Arturo García (batería), que también se encarga de sustituir la voz del
fallecido Sergio en los arreglos corales. En los temas solistas, que solía
cantar junto con Estíbaliz, es Iñaki Uranga el que suple su voz.
Estíbaliz abre el saludo inicial, tras cantar “Piel” y “Búscame”, dos temas
que fueron himnos de amor para más de una generación y los de mayor éxito del
dúo Sergio y Estíbaliz. A Estíbaliz, por momentos, se le quebraba la voz,
más por la emoción de las circunstancias vividas que por otros
impedimentos, pues conserva su tesitura de soprano con el mismo brillo de
décadas pasadas. Sergio Blanco estuvo presente en la memoria de todos durante
varias canciones, especialmente en el tema “Dónde estás corazón”, para el cual,
Estíbaliz pide que entre todos le cantemos una canción al que fue su pareja
artística y sentimental.
El momento más animado lo marcaron la popular “Frenesí” y la rumba cubana
“Las muchachas”, con un estribillo
coreado por todos los presentes (“No hay, no hay, no hay”). A ritmo de salsa,
el pianista cubano Daniel Amat se marcó un tumbao de piano de los que crean
escuela y el público entusiasmado se puso a bailar en sus butacas. Hasta
la propia Amaya se levantó de su asiento y se marcó unos pasos apoyada en su
bastón. Fue muy ovacionada en reconocimiento a su esfuerzo físico y su
simpatía.
Y después de la efervescencia salsera volvió la calma con uno de los
mayores éxitos de Mocedades, el temazo de Juan Carlos Calderón “Tómame o
déjame” en la voz de Amaya. Su voz de mezzo, ahora contralto, es de las mejores
que ha habido en la historia del pop español. Voz aplomada y gruesa, cargada de
armónicos, de esas que traspasan y tocan la fibra incluso a los más
insensibles. La firmeza vocal de Iñaki Uranga también es digna de
reconocimiento, y lo mismo puedo decir de Carlos Zubiaga que, además, se
luce con la guitarra, destacando en la introducción del tema “Para vivir” de
Pablo Milanés.
En definitiva, un concierto que dio un repaso a grandes canciones de amor y temas emblemáticos que representan a varias generaciones españolas. Sabemos que no volverán a actuar en Gijón, aunque siempre nos quedarán sus discos y el recuerdo de lo vivido, pues el concierto permanecerá en la memoria de los presentes.
Crítica de Mar Norlander para el periódico La Nueva España
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