sábado, 30 de julio de 2022

Tsunami: fracaso de Pennywise y triunfo de Ska-P

 



“Pennywise”, “Liher”, “Flogging Molly” y “Ska-P”. Tsunami Festival, Parque Hermanos Castro. Viernes 29 de julio de 2022. 


Probablemente Pennywise, junto con Ska-P, era uno de los nombres más atractivos del cartel de la sesión del viernes, en la cuarta edición del Tsunami de Gijón. Los californianos se habían encargado de abrir la primera edición (junto con “The Offspring”), recién estrenado su álbum “Never Gonna Day” y arrasaron. Todavía se recuerda como retumbaban los cánticos del público tarareando el estribillo del “Bro Hymn” a la salida del recinto de la Laboral. Pero esta vez no fue así. Quizás las siete de la tarde es demasiado temprano y la luz del día no inspira o quizás esta banda ya ha dado de sí todo lo que tenía que dar. El caso es que en una hora de concierto no consiguieron tocar completos ni media docena de temas. Aquello era un empieza todo y no acaba nada, paseitos por el escenario al grito de ¡fuck you!, guitarrazos sin control, amasijo de ruidos sin definición, etc., y las pocas canciones que consiguieron tocar se les caía el tempo o se les olvidaba la letra. En fin, un desastre. Hasta que no sonó su particular versión de “Stand By Me” (la penúltima del concierto, por cierto), no consiguieron enganchar al público. Y para rematar, triunfada total una vez más con el "Bro Hymn", el himno que los consagró y con el que se pueden permitir vivir de rentas eternamente. Desconozco las cifras de su elevadísimo caché, pero a razón de su espectáculo no merecen ni las viandas. 


Todo lo contrario fue la actuación del cuarteto vasco “Liher” en el escenario pequeño. La cantante Lide Hernando echó las vísceras a través de esas dotadas cuerdas vocales que posee y enganchó al público desde la primera canción. Los vascos tenían ganas y energía para comerse el escenario y así lograron salir exitosos.


Y otra vez en el escenario grande fue el turno de “Flogging Molly'': divertidos, buenos músicos y bien empastados, con su peculiar fusión de sonidos irlandeses y la caña del punk rock hicieron vibrar el asfalto del Parque Hermanos Castro. Tienen buen repertorio y un frontman (Dave King), simpático y comunicativo que levantó los ánimos e hizo brotar al público hasta casi agotarlos. 


Otra banda que se ganó con creces a los miles de asistentes fue “Ska-P”. Desde el escenario grande repasaron las controvertidas letras que identifican a la banda, comenzando por la divertida (aunque floja en versos) “Estampida” y terminando con “El Vals del Obrero”, sin dejar de arremeter contra los toreros asesinos, la monarquía, la iglesia católica o los medios de comunicación y alegar a favor del cannabis, la multiculturalidad o la imaginación con la recién estrenada “Estimado John”. Un éxito total.


Crítica publicada en La Nueva España  



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