The Country Side of Harmonica Sam. Sala Acapulco del Casino de Asturias. Miércoles 18 de octubre, 2017.
Pocas veces podemos escuchar auténtica música country en directo. Como
ocasión excepcional, la sala Acapulco de Gijón reunió a algunos cientos de
aficionados al género para ver a una banda que durante hora y media
consiguieron trasladar al público al mismísimo pueblo de Nashville, cuna del
country. Lo curioso de “The Country Side of Harmonica Sam” es que son europeos
y para más datos suecos y tocan un country más auténtico que la mayoría de los
grupos americanos. Además consiguen vender discos, algo difícil en el género.
Con más de dos décadas de rodaje de cada uno de sus componentes por
distintos escenarios, la autenticidad de este grupo había sorprendido con su
primer trabajo “Open Letter to the Blues”, editado en 2015. En esta ocasión dan
un paso más al grabar “A Drink After Midnight” (2017) y se reafirman como banda
que bien pudiera copar los primeros puestos del mismísimo programa radiofónico
“Grand Ole Opry”, referente del género desde hace casi un siglo e
inmortalizado en el cine por Clint Eastwood en la película “Aventurero de
Medianoche”, entre otros films.
Con unos minutos de retraso se subieron al escenario los cinco miembros del
grupo, ataviados con una estética impecable y dispuestos a desvelar su nuevo
trabajo, parte del anterior y algunos clásicos del repertorio country. Quizás,
lo más llamativo de la banda es el virtuosismo de Peter Andersson con su
instrumento, un pedal steel, que esgrimió contramelodías a la voz solista y
solos de gran dificultad. Sin duda, es un espectáculo ver a este músico
tocar. También podemos destacar a Harmonica Sam, nombre artístico del
cantante y líder de la banda, poseedor de ciertas cualidades vocales que le
convierten en un standard de la música country: con riqueza de armónicos en los
agudos y ese sonido metálico con toques nasales. En general, todos los miembros
de la banda son buenos músicos, cada uno en su instrumento. El empaste y las
acentuaciones rítmicas del contrabajo de Ulrik Jansson con la batería de Patrik
Mamros y los solos de guitarra eléctrica en las cuerdas graves de Johan
Bandling Melin, completan el quinteto. De este último también es necesario
mencionar los afinadísimos coros en tesitura aguda apoyando a la voz cantante.
Varias parejas se desataron a lo largo de la noche para mostrar sus dotes
coreográficas en la pista de baile durante un buen concierto, con buen sonido y
un repertorio a base de auténtico country que provocó efusivos aplausos entre
los asistentes.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España
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