viernes, 3 de junio de 2016

Muchachito Bombo Infierno y La Frontera. En el límite del bien y del mal.



Concierto de Muchachito Bombo Infierno y de La Frontera en el Festival Moto Weekend de Gijón. Sábado 28 de mayo Recinto Luís Adaro.

La prórroga (y penaltis) de la final de la Champions retransmitida en una pantalla gigante en el escenario central retrasó todos los horarios de los conciertos programados por el festival Moto Weekend en la noche del sábado. Además del horario hubo cambios en el orden de actuaciones y poco antes de las doce comenzó “Muchachito Bombo Infierno” en vez de “La Frontera”, según estaba programado.

Una paleta de ritmos multicolor entre rumba, disco, reggae, funk...y música de autor (como le gusta definir a Jairo Perera), sumada a una configuración instrumental fuera de lo convencional invadió el escenario del Recinto Luis Adaro y conquistó a los centenares de presentes al aire libre, a pesar de la lluvia intermitente. Desde el primer tema “Será mejor” hasta el último, “Siempre que quieras” pudimos disfrutar de un buen sonido: bombo redondo y bien definido, empastado perfectamente con el bajo, metales brillantes, guitarras limpias y percusiones nítidas y claras.  Además del buen sonido Muchachito Bombo Infierno se compone de buenos músicos y de canciones alegres, divertidas y bailonas. Las letras son muy pegadizas, algunas con dobles sentidos tan ingeniosamente hechas que librarían una censura de lo más restrictiva. Si a todo esto le añadimos el espectáculo visual que ofrece el artista Santos de Veracruz creando cuadros en directo mientras suena la música el resultado es una banda que merece la pena oír y ver. Muy bien.

Muchachito Bombo Infierno terminó poco más de la una de la mañana y hubiera sido un buen momento para irse a dormir, pero tenía curiosidad por ver  a “La Frontera” en su gira “30 años en el límite”.  Después de la larga e inevitable pausa para el cambio de instrumentación, pasadas las dos menos cuarto, por fin hizo acto de presencia la mítica banda de rock que se consagró con el enorme éxito de 1989 “El Límite”. Arrancaron con “Viento Salvaje” seguida  de “Dulce Tentación” y “Juan Antonio Cortés”. Tres temas son suficientes para que el sonido del directo se ponga en su sitio.  Pero inexplicablemente no fue así. Durante todo el concierto la guitarra de jazz de Javier Andreu estuvo demasiado alta y excesivamente distorsionada. La voz sucia, desafinada en múltiples ocasiones y también muy alta.  La batería no fue perceptible hasta el octavo tema “Vivo o muerto”. También hubo problemas de cables con la guitarra Telecaster que sumaba un ruido de “abejorro” permanente al mal sonido que había en general. Supongo que todas esas imperfecciones sonoras y el horario tardío incomodaron a los músicos y se notó en el escenario.  No había ganas ni entusiasmo por  hacer disfrutar a los incondicionales fans y a algunos curiosos que se quedaron, más bien había ganas de acabar pronto y pirarse de allí. “La Frontera” es una de esas bandas que han sabido rentabilizar al máximo sus pocos éxitos de décadas pasadas.  Hace mucho que no aportan nada nuevo y como músicos tampoco se aprecian mejorías técnicas. Si a esto le sumamos el mal sonido podemos concluir diciendo que el concierto de Gijón estuvo más bien al límite del mal.

Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España el 30 de mayo del 2016.

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