martes, 7 de junio de 2016

Malú. Espectacular concierto con sonido caótico.



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Concierto en el Palacio de Deportes Adolfo Suárez. 3 de junio, 2016.

La puesta en directo del último disco de Malú era una de las citas más esperadas en el arranque de la programación veraniega de Gijón y así lo manifestaron varios miles de fans acudiendo a la presentación de “Caos”. Un disco que, si bien no aporta nada nuevo en la larga trayectoria de la cantante madrileña, viene con nuevas canciones cargadas de más intensidad y perfección, es decir, más de lo mismo pero con una pizca más de elegancia y madurez.

La puesta en escena en el Palacio de Deportes Adolfo Suárez  fue todo un espectáculo de primera línea.  La aparición de Malú  sobre una plataforma giratoria que hacía las veces de proyector de imágenes, con tonos rojizos como si de fuego se tratara, dio paso a  “Cenizas” y “De vez en cuando”, dos temas presentes en el último disco. Y fue en el tercer tema “Deshazte de mí” cuando los fans desataron sus voces casi sobrepasando la potencia del equipo de sonido y cantando el tema de principio a fin. Muchos momentos como este hubo a lo largo de la noche, entre otros “Devuélveme la vida”, “Ahora tú”, “Se acabó”, el famosísimo “Blanco y negro” o el origen de su gran éxito “Aprendiz” donde Malú demostró su gran calidad vocal con un potente final.

Un show con  cada detalle  estudiado a la perfección  en el que el guión está muy bien aprendido. No  se improvisa ni una coma: cada palabra, cada frase que da lugar a la presentación de una canción, cada movimiento por el escenario, luces, ventilador, imágenes adecuadas para cada tema, siete músicos de primer nivel, cada nota musical...Sin duda las cabezas pensantes que arropan a la artista han sabido fabricar un buen producto capaz de ensalzar la incuestionable calidad artística de Malú,  logrando impactar y tocar la fibra sensible de sus fans.

Respecto a la acústica no podemos decir lo mismo. Si bien es cierto que es difícil conseguir medianamente un buen sonido en este recinto el concierto de Malú está entre los peores que he escuchado.  La mala acústica del Palacio de los Deportes sumió la amalgama de sonidos en un “caos” sonoro que por momentos resultaba desagradable, sobre todo en los temas más cañeros en los que no había ningún tipo de definición. Desde luego la culpa no es de Malú y su equipo, como decía la canción “la culpa fue del cha-cha-chá”. Sólo cabe esperar que (quizás cuando se acabe la crisis) alguna autoridad se preocupe por buscar soluciones para mejorar el recinto o buscar otro más adecuado para este tipo de conciertos. Hay que decir que el sonido mejoraba con creces durante las canciones más íntimas y acústicas como “MI mundo en el aire” o Ángel Caído”, temas en los que la cantante demostraba todo su esplendor vocal lleno de fuerza y sensibilidad.  A pesar del mal sonido pudimos captar que Malú es una gran profesional con un potente instrumento afinado a la perfección: no se le escapó ni un pequeño requiebro. En definitiva, un buen espectáculo deslucido por la pésima acústica del recinto.
Crítica de Mar Norlander para La Nueva España, publicado el 5 de junio.

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