Llegan
a Asturias para promocionar su primer
disco “Coton” y, para ello escogen el
Café Plaza Doze de Gijón que, en
pocos meses de existencia se consolida como un gran templo de culto para los
aficionados a la buena música, no sólo jazz.
Originarios
de Madrid, la trayectoria musical de Maldataskull comienza en el Musikenne de San Sebastián, donde se conocieron Jorge Castañeda (piano), Darío Guibert (contrabajo)
y César de Frías (batería) cursando estudios superiores de jazz. Tras
curtirse en diferentes escenarios y
festivales haciendo versiones de
otros, paso a paso se fueron
consolidando como trío. Pocas formaciones de jazz (y de otros géneros) hay en
España de los que se pueda decir que
forman un verdadero grupo consistente y engranado, tallado a base de muchas horas de ensayo tocando juntos
hasta lograr adivinar qué sugiere el compañero por la forma de respirar. Lo
curioso es que esta consistencia
la han alcanzado en tan solo dos años y medio.
Los
integrantes manifiestan estar influenciados desde el jazz tradicional de Duke
Ellington o Teddy Wilsson hasta el jazz
actual más en la línea de Brad Meldhau,
The Bad Plus, Hiromi Uehara o Esbjorn
Svensson. Pero no sólo de jazz vive el
hombre así que también alimentan sus oídos con géneros muy variopintos y dispares como el thrash-metal, el hip-hop o
el rock progresivo que, a priori, nada tienen que ver con el jazz, sin embargo
ellos saben beber de la esencia de cada estilo y aplicarlo a un proyecto muy
particular.
Tras
escuchar el primer tema de su nuevo disco se intuía por donde iban los tiros y, al finalizar el tercer tema el público se entregó
por completo a los aplausos y
vítores hacia 3 grandes músicos que
saben lo que se traen entre manos. Mientras desarrollaban los temas hacían sutiles guiños, a motivos musicales muy conocidos (Mario
Bross, la Marcha Imperial de Star Wars, etc.), causando la satisfacción y la sonrisa de los oyentes, entre ellos,
músicos de primera línea del panorama asturiano que no dejaban de manifestar
su entusiasmo. En definitiva, un tema tras otro, hasta un total de 12 composiciones que forman
“Coton”, dejaron encandilados a un
público que permaneció fiel hasta el último bis. No es de extrañar, un grupo con una gran
madurez musical (a pesar de su juventud), buen sonido, buenas ideas, buena
técnica y mucha energía son elementos más que suficientes para satisfacer a los
aficionados a la buena música.
Mar Norlander para La Nueva España
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