miércoles, 2 de enero de 2019

Nacho Vegas: casi un gran cantautor



Nacho Vegas. Festival Metrópoli Winter. Teatro de la Laboral, sábado, 30 de diciembre, 2018.

De todos es sabido la importancia de los cantautores en cualquier sociedad. Ellos tienen la misión de agitar conciencias y de hacer reflexionar a las masas para hacer de este mundo un sitio un poco más agradable. En Asturias tenemos a Nacho Vegas que, con una trayectoria más que consolidada, se ha convertido en  uno de los cantautores más aclamados en castellano. La presentación de su disco “Violética” era la excusa perfecta para una puesta en directo que llegó al teatro de la Laboral servida de polémica en las redes sociales por el recinto escogido. Pero ese no es el tema que a mi me concierne. “Violética” está plagado de temas originales, con buenas letras y bien elaborados, siguiendo la línea de sus últimos trabajos “Resituación” y “La zona sucia”, en cuanto a ideas. El problema  de Nacho Vegas es que desafina demasiado. Y a mi particularmente me molesta.

“El corazón helado” inició el concierto con la presencia del “Coru Antifascista Al Altu La LLeva” y los músicos Eduardo Baos (guitarra), Joseba Irazoki (guitarra), Manu Molina (batería) y los de “León Benavente” Luis Rodríguez (bajo) y el líder Abraham Boba (teclados). Muy bien el coro en casi todas las intervenciones, especialmente en “Ser árbol” -canción de amor que habla de los ideales sociales-, en el canto popular “Aida” que, aunque entraron flojitos luego lo solventaron con creces. También destacaron en “Ideología”, con la banda aportando armonías y texturas interesantes y un sonido muy cercano a “León Benavente”. Buenos arreglos sin grandes solos de guitarras ni de teclados, buscaron un sonido de masa sonora densa y saturada que iba in crescendo y empujaba duramente hasta pasar por encima de la voz en algunos estribillos finales.

Además de los temas de su último disco también hubo canciones para el recuerdo, como “La Plaza de la Soledad” del álbum “Cajas de Música difíciles de parar” o del anterior disco  “Ciudad Vampira”, cantada en asturiano y contextualizada en Gijón. Más calmada y con mucha presión final sonó “La pena o la nada” que fue grabada con Bunbury para “El tiempo de las cerezas”.  Algunas imágenes proyectadas contextualizaban los temas que sonaban contribuyendo a una puesta en escena bien trabajada. Muy guapa y muy apropiada la imagen de la guitarra con el texto “This machine kills Fascist”, inspirada en el cantautor Woody Guthrie cuyo texto aparecía impreso en su guitarra.

En definitiva, Nacho Vegas ha cocinado un buen disco cuya puesta en directo engancha al público afín. Así lo demostraron abarrotando la butaca del teatro disfrutando su concierto. Como decía antes, el problema de este cantautor es que desafina demasiado. De hecho, creo que que es el cantautor que más desafina, por encima de Sabina o de su ídolo Leonard Cohen. Ser cantautor y desafinar no van de la mano, es una cuestión totalmente subsanable, sólo hay que tomárselo en serio y asistir a clases.  Después de todo hablamos de música, la música tiene unas reglas y los grandes artistas son los que conocen las reglas y luego se las saltan. Porque pueden y quieren. Y este no es el caso.

Critica de Mar Norlander publicada en La Nueva España

No hay comentarios:

Publicar un comentario