martes, 23 de mayo de 2017

La reencarnación de John Cage





Conciertos de: Novi_Sad & Ryoichi Kurokawa, Hauschka, Alex Augier y Martin Messier. Sábado 29 de abril. Teatro de la Laboral. Laboratorio de Electrónica Visual

 
Novi_Sad & Ryoichi Kurokawa, con su espectáculo “Sirens”, se encargaron de abrir los conciertos del Teatro de la Laboral organizados por el LEV  para su XI edición del Festival Internacional de Creación Audiovisual de Gijón. Los creadores se juntaron para ofrecer una sesión de menos de una hora en la que pudimos ver imágenes que se  descomponían en pequeños fragmentos, deformándose a base de movimientos muy rápidos o muy lentos, para mutar seguidamente  en otra imagen. Una sesión en la que la función sonora servía de apoyo  y aderezo a los efectos visuales de gran calidad.

 
 
Pero el artista más esperado de la noche era el compositor y pianista Hauschka,  y bien que se hizo esperar porque llegó al escenario con casi una hora de retraso.  El público ya empezaba a estar molesto y comenzaba a subir la intensidad de los silbidos y los pataleos en la tarima.  Hauschka comprendió que había rebasado el límite de la paciencia de los espectadores y salió con toda la humildad para pedir disculpas porque tenían algún problema técnico con las conexiones de la parte visual, a cargo de la artista Florence To.  Se dispuso a comenzar su actuación sin la parte luminosa, pero la “magia” de la electrónica hizo que todo se solucionara en el último instante pudiendo disfrutar en directo de su último trabajo “What if”.  Comenzó percutiendo las teclas de un piano acústico preparado con múltiples accesorios y creando loops que iba superponiendo en diferentes capas.  También contó con dos pianos Yamaha Disklaviers, traídos de Alemania para la ocasión, de los que extraía sonidos controlados por el piano de cola. Poco a poco el concierto iba cogiendo intensidad y creando estratos llenos de matices, dinámicas y contrastes, fusionando la interpretación en directo con pistas pregrabadas y sonidos sintetizados. A cada tecla o grupo de teclas del piano le asignaba un sonido diferente, bien electrónico o bien con accesorios adheridos a las cuerdas del piano; esto producía una riqueza de timbres inusual  y una completa orquesta de percusión manejada por los dedos de un pianista. Durante unos minutos nos hizo viajar y situarnos frente a una performance ofrecida por el innovador y creador John Cage, padre del piano preparado -entre otras cosas-. Algunos problemas de sincronización con los loops surgieron en la interpretación en vivo, pero rápidamente los corregía y la atmósfera sonora creada era tan gratificante que esos errores se podían considerar virtudes humanas. ¿Quién necesita tanta perfección? Cuando ya el final del concierto estaba próximo comenzó a desprender y tirar al suelo los artilugios adheridos a las cuerdas del piano hasta que quedó totalmente limpio y se quedó tocando una pieza modal preciosa, demostrando las grandes dotes de pianista que tiene el alemán Volker Beltermann, de nombre artístico Hauschka. El público se puso de pie aplaudiendo sin parar y manifestando que aquel era el mejor concierto del LEV.


Después de la estelar actuación de Hauschka todo era poco, pero aún quedaba mucha noche y en el teatro faltaban dos actuaciones importantes. Alex Augier llegó con un espectáculo de geometría visual titulado “_Nybble_”, en el que el artista manipulaba  la luz y el sonido  en perfecta sincronización, jugando con los estéreos y produciendo la sensación de que era la propia luz la que generaba el sonido.  

 
 Por último el canadiense  Martin Messier, ofreció una puesta en escena con dos paneles a modo de interfaz, colocados de tal modo que él mismo podía conectar y manipular el sonido haciéndolo por momentos visible.  La energía y el espectáculo que ofrecía en directo fue muy aplaudido y agradecido por el público, que siempre muestra más entusiasmo cuando hay más implicación humana que mecánica.
El cierre de la XI edición del Festival Internacional de Creación Audiovisual de Gijón, antes de la fiesta nocturna, corre a cargo de la violonchelista Julia Kent y el lugar escogido es el Jardín Botánico Atlántico. Un entorno singular en el que pudimos escuchar  a la artista canadiense extraer de su chelo ricas sonoridades que graba una y otra vez en forma de loops, para reproducirlos al instante de ser grabados, generando múltiples capas de sonidos que le sirven de base para desarrollar tranquilas e hipnóticas melodías. Sin duda la edición del 2017 ha sido una de las mejores del Laboratorio de Electrónica Visual, consolidándose como uno de los más prestigiosos festivales internacionales de la música electrónica de vanguardia y de las artes visuales.  

Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España.

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