martes, 24 de octubre de 2017

La OSPA deja el listón bien alto



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Concierto de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Programa: “Música y Literatura I”. Teatro Jovellanos, 5 de Octubre, 2017

Dos figuras importantes en la trayectoria de la OSPA han fallecido durante este verano: la brillante pianista Olga Semushina, colaboradora habitual de la Sinfónica durante la década de los noventa y el chelista Juan Carlos Cadenas, uno de sus componentes más respetados. Con este sentimiento de orfandad  y un minuto de silencio en su honor inició la temporada la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias bajo la batuta de Rosen Milanov. 

Dentro del programa “Música y Literatura I” abrieron con la poética, sempiterna y emocionante obra de Carl Orff “Carmina Burana”. La sección de cuerdas en pizzicato tejía el obstinato para desgranar las melodías de la primera parte (“Fortuna Imperatrix Mundi”) y dar lugar al lucimiento del Coro de la Fundación Princesa Sofía que estuvo a la altura de la orquesta, desde el “O Fortuna” inicial hasta el final homónimo, pues la obra se compone de veinticinco poemas con una idea circular de vuelta al origen. En el cuarto poema “Omnia sol temperat”, hacía su aparición el barítono Hugh Rusell, con una puesta en escena impetuosa. La escenificación del poema cargada de dramatismo provocaba que su voz acusara un ligero exceso de vibrato. Un nimio detalle a tener en cuenta, pues su actuación, con varios números solistas, se ganó una gran ovación del público al final de la obra por su precioso timbre y por la potencia de su voz. Para los números de solo de tenor contamos con la presencia del catalán David Alegret que solventó con más o menos acierto el difícil papel en las notas agudas, pues las exigencias de la partitura en cuanto a tesitura exceden el habitual registro de un tenor. La ovetense Ana Nebot fue la encargada de lucir los números destinados a la voz soprano, destacando por la coloratura y la riqueza de matices en el poema “Dulcissime!” y el empaste con el coro en “Amor volat undique”.

Si destacábamos la actuación del coro también es necesario mencionar al coro de niños, situado en los dos palcos laterales por problemas de espacio, que hizo breves apariciones muy bien solventadas. Espectacular quedó su intervención en partes como en “Tempus es locundum”, cantando el coro “Oh, oh, oh”, totus floreo” (Oh, oh, oh, ya florezco todo entero). Por parte del coro al completo también cabe señalar el poema anterior a éste, “Ven, veni, venias!”, dotado de una gran riqueza rítmica cambiante que interpretaron magistralmente. 

La obra de Orff es tan rica en matices y dinámicas, que permite un gran margen de expresividad, y la dirección de Rosen Milanov estuvo sublime, tanto en las partes de pianissimo como en los fortes. El cierre final del “O Fortuna”, cargado de emoción y pleno de potencia se ganó los aplausos del multitudinario público presente en el Teatro Jovellanos y dejó el listón muy alto para próximas actuaciones de la temporada de la OSPA.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España

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