jueves, 24 de agosto de 2017

La Oreja de Van Gogh: un "Planeta Imaginario" muy dulzón



Concierto de la Semana Grande. Gijón 11 de agosto.
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El pop más caramelizado y fácil de digerir llegó a Gijón de la mano de “La Oreja de Van Gogh” para los conciertos de la Semana Grande y miles de personas, entre curiosos y fans, se dieron cita para escuchar su “Planeta Imaginario” en el escenario de Poniente. 

Fue un acierto comenzar con la canción “Estoy contigo”. Sin duda, el mejor tema del último disco, promocionado como algo novedoso en cuanto a sonoridades  y letras comprometidas con los problemas sociales. Pero puestos a mirar con detalle es más de lo mismo: canciones simples y facilonas con algo más de electrónica. Las letras de algunos temas están llenas de versos sin coherencia, y sirva de ejemplo “Camino de tu corazón” que, supuestamente, habla de los problemas de la inmigración: “el eco de tu beso se coló en el avión / las nubes eran versos del vapor de tu voz/ miradas sin palabras, besos de esos sin crianza/ oh oh oh oh”. En fin, para qué seguir. Los únicos temas que merecen la pena de este nuevo disco son “Mi pequeño gran valiente”  (que no la interpretaron) y la nombrada “Estoy contigo”.  La letra de esta canción te toca la fibra por aquello de que todos conocemos a alguien con problemas de Alzheimer: está bien construida y va al grano. Los versos se sustentan con arreglos musicales  a base de guitarras con delays y notas pedal (del estilo de U2), y sonoridades cercanas a “Coldplay”. El resto de las canciones del nuevo álbum que pudimos escuchar fueron como la cara B de los discos anteriores. Flojas y planas a más no poder.

La puesta en escena fue sencilla y agradable y la interpretación de la mayor parte de los temas estuvo bastante correcta, si obviamos dos de ellos. El primero “Europa VII”, en el que el teclista  quiso mostrar su habilidad tocando el Theremin,  pero le sobró volumen y le faltaron unas cuantas horas de ensayo.  El segundo “Muñeca de Trapo”, y de nuevo el teclista invadió nuestros oídos marcándose un solo de piano sucio y mal ejecutado. ¡Más de diez años tocando este tema y todavía no consigue hacer algo digno! Quizá, debería pasarle el testigo al guitarrista, que dicho sea de paso, estuvo muy fino con su instrumento durante toda la actuación.

Considero un acierto de la banda el fichaje de la cantante Leire Martínez,  en sustitución de Amaya Montero: es más elegante y su voz abarca el mismo registro pero con más grosor y menos estridencia, aunque en directo es bastante sosa.
Por otra parte, el público se lo pasó en grande cantando varios éxitos de la banda, como “Café con sal” “Jueves”, “Cuídate” o “la canción más bonita del mundo”, entre otras. No por ser tan pasteleros vamos a quitarles el valor que tienen: ver a grupos de amigos de diferentes generaciones,  o a madres con sus hijas cantando juntas y entusiasmadas las letras de principio a fin es emocionante y tiene un gran mérito. Así que, aunque sólo sea por este aspecto, la banda LODVG se merece un reconocimiento, y así lo valoró el público de Gijón con sonoros aplausos. Y es que los sabores dulces siempre triunfan.
Crítica de Mar Norlander publicada en La Nueva España

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